El CD Base devolvió ayer con creces la afrenta recibida en la primera vuelta cuando cayó ante el Universidad de Salamanca en un trabado final. El esfuerzo de los de Toño García, que caían por 15 puntos en el arranque del último cuarto, fue mayúsculo. Espoleados por la rotura nasal de Eli, incidente que culminó un tercer cuarto en el que los colegiados señalaron tres técnicas a los segovianos, reaccionaron con un parcial de 17-0 y firmaron una explosión ofensiva de 34 puntos en el último acto.
La premisa del CD Base era hacer un partido lento, con un tanteo bajo que evitase desmadres. Dio resultado, y el conjunto segoviano disfrutó de rentas escasas en el segundo cuarto. Fue entonces cuando el rival subió marchas y el partido empezó a convertirse en un correcalles. El técnico, que criticaba a la finalización del choque la permisividad arbitral en ciertas defensas del rival, indicó que sus pupilos se fueron del partido en el tercer cuarto y que el partido terminó en victoria “gracias al corazón y carácter que han puesto sobre la cancha”.
Con su propia medicina
Si el Universidad de Salamanca, al que el CD Base supera ahora en la clasificación con el mismo balance (6-6) y mejor diferencia de puntos, se escapó en la locura del contragolpe, acabaría recibiendo una dosis exponencial de su medicina. Los segovianos adelantaron las líneas en defensa, robaron muchos balones y anotaron cinco triples en el último cuarto. En un apretado 66-70 a falta de dos minutos, supieron gestionar la ventaja con buenas salidas de balón, canastas fáciles y tiros libres. De vuelta a casa con la lección aprendida.
