En El Espinar están acostumbrados a hacer milagros. Tanto, que desde hace tantos años como treinta, en el mundillo del tenis se ha hecho habitual acuñar la expresión del ‘Milagro de El Espinar’ a la hora de hablar del torneo de tenis de referencia en España cuando se habla de pista rápida. Que en un municipio como el espinariego, con cerca de 10.000 habitantes, se pueda realizar un torneo en el que a lo largo de los años han tomado parte jugadores de talla mundial tiene mucho de acontecimiento milagroso, aunque amparado por el trabajo que siempre va detrás de este tipo de eventos que son capaces de perdurar en el tiempo.
Ese trabajo lejos de los focos que desde el principio lideró Pedro Muñoz, y que desde hace varios años tiene también como referencia a Virginia Ruano, no solo ha conseguido sortear lo más profundo de la crisis económica a base de refugiarse en el tenis, sino que encontrando el apoyo decidido de la Junta de Castilla y León, ha sacado la cabeza y elevando su categoría hasta los 100.000 dólares más hospitalidad, ha puesto al torneo segoviano de nuevo a la vanguardia en lo que a challengers españoles se refiere, ocupando el sitio que por historia y prestigio le corresponde.
Pero el trabajo continúa, y desde hace un par de años el Open Castilla y León se ha propuesto como objetivo prioritario el organizar un torneo femenino, contando en un principio con la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Segovia para conseguir disputar las primeras rondas del torneo en las pistas de Madrona, y las finales ya en el Complejo Deportivo de La Estación de El Espinar. Sin embargo, esta situación no era bien vista por la ITF (el equivalente a la ATP en el tenis femenino) y la construcción de dos pistas, o al menos una, se antojaba como prioritaria para conseguir que ese torneo femenino pudiera continuar celebrándose ya solamente en una sede.
El dinero, comprometido… o casi Ahora, de nuevo con la colaboración de la Junta, pero también del Consejo Superior de Deportes y de la Diputación Provincial, el Open Castilla y León ya cuenta con el dinero (35.000 euros) para construir esa nueva pista de tenis en el Complejo de La Estación de Espinar, y confía en que en la edición de 2017 el ITF Femenino pueda disputarse en una sola sede, y de paso elevar su categoría de los 15.000 dólares que ahora tiene tal y como señaló Vivi Ruano hace apenas una semana, hasta los 25.000 dólares, lo que sin duda repercutiría en un mayor nivel en las jugadoras participantes.
Dos meses y medio es lo que queda de plazo para construir esa pista y que esté plenamente operativa a la hora de dar comienzo al Open. Sin duda, el tiempo para ejecutar la obra es muy justo, y aún más si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento de El Espinar no ha empezado aún el proceso de licitación y contratación de la obra, puesto que los presupuestos de la Junta para 2017 comenzarán a tramitarse a partir de hoy, por lo que aún no son firmes, y el Consistorio quiere que ese dinero esté seguro para no tener problemas posteriores.
Así que el torneo trabajará para agilizar los trámites, solicitando del director general de Deportes que envíe un certificado al Ayuntamiento espinariego haciendo constar que la Junta destinará esa cantidad para la construcción de la pista, y así poder iniciar el ‘papeleo’ y que esa pista, que en cuanto se terminara pasaría a ser de propiedad municipal, pueda estar terminada a tiempo. Sería, sin duda, un nuevo milagro del Open Castilla y León, pero ya se sabe que, en cuestión de milagros, mejor no apostar en contra del ‘Villa de El Espinar’.
