¿Trabaja, estudia o se dedica de lleno al deporte?
Estudio. Este año voy a empezar Enfermería en Madrid.
¿Puede compaginar bien el fútbol con tus otras obligaciones?
Yo creo que lo llevo bastante bien, de hecho, hubo un año que era árbitra, era jugadora y estudiaba Biología, así que si pude compaginarlo ese año, éste, más todavía.
¿Por qué fútbol sala?
Cuando era pequeña, veía a mi hermano jugar y él me metió y ahí me quedé con él.
¿Por qué se decidió por el Soto del Real F.S.?
Conozco a una chica que juega allí y a través de ella fue como a final de temporada estuve entrenando con este equipo, convencí al entrenador y decidieron contar conmigo. La verdad es que había muy buen ambiente y no lo dudé.
¿Cómo definiría al equipo al que llega?
Por lo que ví al final de temporada, es un club muy humilde y que trabaja mucho y lo sacan todo desde abajo, no les regalan nada. No es un club con dinero entonces tienen que esforzarse mucho y hay muy buen ambiente, así que creo que estaré bien allí.
¿Cuáles son las diferencias más grandes que encuentra entre el Unami y el Soto del Real?
En cuanto al juego, la diferencia fundamental es que en División de Honor la velocidad es enorme, el ritmo de juego es grandísimo y en División de Plata es más pausado.
¿Cuántas horas entrenan en Soto del Real?
Los entrenamientos son de unas seis horas semanales, mas los fines de semana que probablemente les pierda entero con el club porque si jugamos fuera, hay que viajar y el día entero se te pasa en eso.
¿Cuándo se dio cuenta de que podía ir en serio?
Siempre lo supe, era mi meta. Quería llegar a División de Honor y lo he conseguido.
¿Cómo se siente por haber llegado hasta ahí?
Me siento muy bien, con muchas ganas, pero quiero más. He cumplido un sueño pero ahora quiero más, no me vale con eso. Me encantaría llegar a la Selección, se que es muchísimo pero sería mi sueño.
Siempre que se habla de fútbol sala femenino se subraya el gran esfuerzo de las futbolistas y la escasa compensación económica que reciben…
Pues sí, es así porque los clubes no tienen dinero y ahora más con la crisis. Las jugadoras no jugamos por lo que nos puedan dar, sino que lo hacemos por amor al arte, porque es lo que queremos hacer y nos gusta. Económicamente lo que podemos recibir es más bien un premio, no te sirve para vivir ni mucho menos.
¿Ve posible que en Segovia algún equipo femenino llegue a División de Honor?
Sí, lo tengo muy claro. Las chicas que hay en el equipo que dejo son impresionantes y este año de no ser por la primera vuelta que hicimos hubiésemos estado luchando por ascender seguro. Además tenemos un filial con chicas de 15 años que están jugando en la División Regional y en dos años estarán en División de Plata. Pueden llegar muy lejos.
¿Podría nombrar a varias personas que hayan sido importantes para usted con las que haya tenido relación en el mundo del fútbol?
De mis ex compañeras te diría que todas. Ellas son las que me han hecho llegar hasta aquí y sin ellas no hubiese conseguido nada porque me han dado su apoyo tanto dentro como fuera del campo y luego entrenadores pues, desde Javier Martín Pena, que fue el primero que tuve y el último que he tenido en Segovia, pasando por Agustín, César Arcones y muchísimos que me dejo detrás.
¿Cree que el fútbol sala femenino necesita más apoyos?
Le deberían dar más cancha en los medios de comunicación y está claro que económicamente necesita apoyos
¿Qué le gustaría conseguir con el Soto del Real?
Pensando en la temporada pasada, quizás lo más prudente sería pensar en la permanencia pero sería un sueño entrar en Copa y vamos a luchar por eso, estoy segura.
