El agua de la presa del río Ceguilla está empezando a llegar a sus destinatarios (41 núcleos de población de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza, a los que se suma Muñoveros). A fecha de ayer, ya se recibía en Santiuste de Pedraza, Torreval de San Pedro, Muñoveros y Gallegos. Hoy lo hará, previsiblemente, en El Cubillo y Matabuena. Y, en el transcurso de “tres o cuatro semanas”, en todos los pueblos beneficiarios de la infraestructura, dando así por terminado un proyecto largamente anhelado en la comarca.
“Estamos viendo la luz al final del túnel”, resumía la alcaldesa de Muñoveros, Ana Orejana (PP). En este pueblo, sufridor sobremanera del problema del agua, ayer era un día de “satisfacción generalizada”. El alto índice de nitratos en el agua obligó al Ayuntamiento, hace ya muchos años, a instalar un sistema potabilizador del agua (de ósmosis inversa), habilitando desde allí una fuente pública de la que se abastecen, gratuitamente, los vecinos. La inmensa mayoría prefería ir a la llamada “fuente de ósmosis”, a beber agua del grifo, de la que nadie se fiaba.
La llegada del agua del Ceguilla a Muñoveros abre una nueva etapa. La regidora cree que acabará con el acarreo de agua desde la susodicha “fuente de ósmosis” a las casas, escena habitual en el pueblo en la última década. Pintoresquismos aparte, a un buen número de vecinos de avanzada edad el ir a la fuente les suponía una gran dificultad. Desde ayer, el alguacil no tendrá que preocuparse de transportar agua a las casas de esos ancianos. “A partir de ahora vamos a tener agua de calidad, cara, pero de calidad”, añadía Orejana.
En Gallegos ayer también estaban de enhorabuena. Poco antes de las cuatro de la tarde, el alcalde, Juan Francisco Lucas (PP), abría la llave que permitía al agua del Ceguilla llegar a los grifos del pueblo. Como en Muñoveros, en Gallegos muy pocos se atrevían a beber el agua que llegaba a las casas. Su calidad era “muy mala”. En varias ocasiones, el Ayuntamiento estuvo “a punto” de declarar el agua “no apta para el consumo”. “Se conseguía que fuera potable a base de echar cloro y más cloro”, reconocía Lucas. Así que el vecindario se fue acostumbrado con el paso del tiempo a ir a por agua a las fuentes tradicionales del término municipal o comprar agua embotellada. Ahora, el alcalde asegura que “a Gallegos vendrá agua con todas las garantías del mundo”. Eso sí, “nos va a salir un poco cara”. Y el precio “tendrán que pagarlo los vecinos”, advertía.
Una vez acabadas las obras de canalización desde la presa hasta los 42 núcleos de población, técnicos de la empresa adjudicataria, ‘Obras Públicas y Medio Ambiente’ (OPM) han dado comienzo la fase de prueba, que durará cerca de un mes. Los técnicos están visitando todas las instalaciones construidas, acompañados por una química que se encarga de analizar la calidad del agua. Tras comprobar que el líquido cumple en su integridad los parámetros legales —lo que ha ocurrido en todos los depósitos inspeccionados hasta ayer— se procede a la conexión, automática, a la red.
En las próximas semanas, este agua también podrá beberse en los municipios de Aldealengua de Pedraza, Arahuetes, Arcones, Arevalillo de Cega, Collado Hermoso, La Matilla, Navafría, Orejana, Pedraza, Puebla de Pedraza, Rebollo, Valdevacas y Guijar, y Valleruela de Pedraza. De acuerdo a las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), el agua de la presa del Ceguilla abastecerá a una población cercana a los 18.000 habitantes.
