En un sabotaje atribuido a la guerrilla maoísta, al menos 65 personas murieron y otras 200 resultaron heridas al descarrilar ayer un tren de pasajeros y chocar con un convoy de mercancías en el estado nororiental indio de Bengala, según distintas fuentes oficiales.
La locomotora y 13 vagones del expreso que une Calcuta (nordeste) con Bombay (oeste) se salieron de la vía y cinco de ellos fueron arrasados por un tren que circulaba en dirección contraria, en un suceso que tuvo lugar hacia las 01,15 horas locales.
La tragedia ocurrió a unos 135 kilómetros de Calcuta, la capital bengalí, a la altura de Kharagpur, en un distrito de fuerte presencia de la guerrilla maoísta.
Al cierre de esta edición, los equipos de rescate habían recuperado los cadáveres de 65 personas pero «la cifra podría subir», según dijo a la prensa el secretario de Interior bengalí, Samar Ghosh. Sin embargo, una fuente policial bengalí redujo el número de víctimas a 52 muertos y 169 heridos.
En un comunicado, el ministro indio del Interior, P. Chidambaram, informó de que «parece ser un caso de sabotaje», ya que «una porción de la vía había sido retirada», aunque añadió que «no está claro si se usaron explosivos».
La responsable de Ferrocarriles, la bengalí Mamata Banerjee, quien acudió de inmediato al lugar de los hechos, afirmó que se produjo la explosión de una bomba y asumió que se ha tratado de una acción maoísta. «El descarrilamiento ocurrió debido a la explosión de una bomba que hizo saltar por los aires una porción de la vía», aseveró la ministra. Banerjee apoyó su afirmación en el hallazgo de TNT y gelatina en el lugar.
La ministra consideró una fatal coincidencia que el descarrilamiento coincidiera con el avance del tren de mercancías, lo que contribuyó a una tragedia mayor. «Según el conductor (del tren de pasajeros), cuando el tren avanzaba, oyó el sonido de una explosión. Luego sintió vibraciones y posteriormente el tren descarriló», explicó el director general de la Policía de Bengala, Bhupinder SnghS.
Cientos de soldados y miembros de distintas fuerzas policiales fueron enviados al lugar para participar en las tareas de salvamento, pues aún no habían sido rescatados todos los pasajeros que iban en el tren descarrilado.
Helicópteros de la Fuerza Aérea india apoyaron el traslado de los heridos a hospitales.
Un miembro de los equipos de rescate citado por la agencia IANS dijo que se teme que haya al menos otras 50 personas atrapadas en los vagones siniestrados. Singh apoyó la autoría maoísta en el hallazgo de dos carteles en el lugar de la tragedia de un comité afín a la guerrilla.
En uno de los carteles, el Comité Popular contra las Atrocidades de la Policía (PCAPA) indicaba que «el programa» fue ejecutado «en protesta por las atrocidades perpetradas» por la Policía contra la guerrilla, según Singh, aunque un portavoz de ese comité lo negó.
La guerrilla maoísta, conocida en la India como naxalita, ha sido declarada la principal amenaza para la seguridad interna de la nación asiática por su jefe de Gobierno, Manmohan Singh.
Los naxalitas tienen su principal cantera en el llamado cinturón rojo, una franja del centro y este del país donde mantienen numerosos campos de entrenamiento y buscan el apoyo del campesinado para implantar una revolución agraria de corte comunista.
El pasado día 17, una treintena de personas murieron al estallar un autobús en el que viajaban civiles y miembros de una milicia policial. La voladura tuvo lugar en el mismo distrito en el que la guerrilla había ejecutado su acción más mortífera, el 6 de abril, con una emboscada que causó la muerte de 76 miembros de las fuerzas de seguridad.
