Definitivamente, la Semana Santa 2012 en Segovia será recordada por la lluvia, necesaria para el campo y para llenar los embalses pero letal para los intereses de las cofradías, que ven como lentamente el agua va apagando las actividades devocionales organizadas para estas fechas. Ayer fue el turno del Via Crucis Penitencial organizado por la Junta de Cofradías, que tradicionalmente se celebra en el recorrido de la huerta del convento de los Padres Carmelitas, y que ayer tuvo que celebrarse en la iglesia del convento debido a la impertinente presencia de la lluvia, que no dejó de caer en mayor o menor cuantía durante el día de ayer.
Con gesto adusto, el presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa segoviana, Alberto Herreras, se encargaba personalmente de informar a las personas que llegaban al lugar de la oración devocional del cambio en la ubicación; circunstancia que fue entendida como «lógica» por todos los participantes debido a la incierta situación meteorológica de la jornada. Herreras justificó esta decisión asegurando que el tiempo «no nos permite arriesgarnos que a mitad del Via Crucis nos pudiera caer un chaparrón, y además la lluvia de todos estos días ha dejado la senda de la Huerta de los Carmelitas escasamente practicable sobre todo para las personas mayores que pudieran participar en esta oración».
Pese a ello, decenas de personas llenaron la nave central y los pasillos del templo para participar en el Via Crucis, en el que también estuvo presente el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro, que participó en la oración en todas las estaciones junto a la cruz procesional portada por el presidente de la Cofradía de San Marcos, Prudencio Zorzo.
El silencio meditativo fue la tónica dominante a lo largo de todo el Via Crucis, solamente interrumpido por los cánticos dirigidos desde el altar y por el rezo de la oración comunitaria del Padrenuestro en cada una de las 14 estaciones. Tras el Via Crucis, las bandas de las cofradías segovianas se dieron cita en la explanada de La Fuencisla para interpretar el “Silencio del Tambor”.
