Los líderes prorrusos del sureste de Ucrania obtuvieron ayer una importante victoria en su pulso con el Gobierno de Kiev al conseguir celebrar sendos plebiscitos separatistas en las regiones de Lugansk y Donetsk con activa participación ciudadana.
Según los organizadores de las consultas, que Kiev y la comunidad internacional consideran ilegales, más del 80 por ciento de la población acudió a las urnas. Unos datos que no son verificables, dado que los comicios se celebraron sin observadores y sin garantías de transparencia. Pese a ello, «los hechos han superado todas nuestras expectativas. Estamos muy contentos», afirmó el jefe de la Comisión Electoral de la República Popular de Donetsk, Román Liaguin, quien destacó la «respuesta de la mayoría de los ciudadanos».
Además, hizo especial hincapié en que la sociedad acudió a votar pese a la «situación de guerra» que se vive en varias localidades y ciudades de la región.
La mayor parte de la jornada transcurrió en una clima de relativa tranquilidad, que se truncó cuando varios efectivos de la Guardia Nacional de Ucrania se hicieron con el control del Ayuntamiento y el departamento de la policía en la ciudad de Krasnoarmeisk. Allí, una persona perdió la vida y varias resultaron heridas, cuando la población trataba de impedir la entrada de blindados del Ejército ucraniano. «En esos momentos, cerca de 1.500 habitantes impedían el paso de los tanques. Escuché disparos», aseguró uno de los testigos. El fallecimiento fue confirmado por el copresidente del consejo de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denís Pushilin, quien agregó que, antes de producirse el tiroteo, las tropas ucranianas tomaron el control de cuatro colegios para impedir que los ciudadanos pudieran participar en el referéndum.
Y es que desde primera hora de la mañana se observaban largas filas de personas en algunos de los lugares de votación de ambas ciudades. «Sí, mucha gente ha ido a votar, pero también mucha gente se ha quedado en su casa. Yo no participaré. No quiero que la región de Donetsk forme parte de Rusia. Es un país dirigido por un dictador, que persigue a mis hermanos de fe», apuntó un taxista.
Los organizadores de las consultas en Lugansk y Donetsk hicieron un llamamiento a defender las sedes de los colegios electorales para impedir cualquier intento de frustrar el escrutinio.
Los datos, hoy. Los resultados oficiales se conocerán hoy, pero los líderes de la República Popular de Donetsk ya tienen muy claro los pasos a seguir. «Ahora que hemos asumido la responsabilidad, tenemos que formar los órganos políticos y militares de poder en el más breve plazo posible», declaró Pushilin. Según el dirigente, «los militares que sigan en el territorio serán reconocidos como ilegales y considerados invasores después del anuncio de los datos definitivos del referéndum».
Por su parte, en Kiev, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania recalcó que las consultas no tendrán ninguna consecuencia jurídica ni tampoco afectarán la integridad territorial del Estado. «Detrás de estos referendos y provocaciones se encuentran formaciones terroristas equipadas y adiestradas según los estándares rusos», denunció la cancillería ucraniana.
Además, el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andréi Parubi, advirtió de que Kiev considerará un acto de agresión si Moscú reconoce los resultados de las consultas separatistas.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, había pedido a los líderes de la sublevación prorrusa que aplazaran la celebración de los referendos para propiciar una vía de diálogo entre las regiones rusohablantes del sureste de Ucrania y el Gobierno de Kiev, petición que fue desoída. Pero, según las autoridades ucranianas, la iniciativa del jefe del Kremlin no fue más que una estratagema para hacer ver que no tiene influencia sobre los líderes de la sublevación prorrusa en el sureste de Ucrania.
