Tras una caída de 30 metros, el autobús de pasajeros accidentado en la noche del pasado domingo en Italia quedó totalmente destrozado en un terraplén, rodeado de escombros, equipajes dispersos, ropa tirada en el suelo, toallas manchadas de sangre e, incluso, asientos que se desprendieron después del brutal impacto.
Las fuerzas de rescate que acudieron hasta el lugar del accidente fueron testigos de imágenes conmocionantes y desoladoras. El vehículo, lleno de pasajeros, cayó varios metros por un barranco, lo que hizo que los viajeros apenas tuvieran opciones de sobrevivir. Solo algo más de una decena de las 48 personas que iban a bordo pudieron ser rescatadas con vida de entre los restos metálicos.
«Los trabajos fueron muy difíciles porque el autobús ha quedado totalmente destrozado y los pasajeros estaban atrapados entre los hierros», explicó el comandante de los bomberos, Alessio Barbarulo. En el impacto, el bus quedó dividido en dos partes y algunos de los viajeros salieron despedidos.
Para el grupo de turistas, procedentes de las cercanías de Nápoles era una excursión de fin de semana. Durante tres días, los pasajeros, muchos amigos y parientes, estuvieron de viaje: pasaron el fin de semana en las termas de Telese, al norte de la capital calabresa, y, cuando ocurrió el accidente, estaban de regreso ya muy cerca de su destino.
Según las informaciones, había muchos niños y jóvenes en el autobús. Entre los supervivientes trasladados heridos graves al hospital, había también seis menores.
Para Italia se trata del accidente de autobús más grave de la historia, ante el que muchos políticos y la opinión pública reaccionaron conmocionados. «Estamos profundamente tristes por esta enorme tragedia, que ha afectado a muchas familias y niños», aseguró el primer ministro, Enrico Letta.
En un primer momento, los cadáveres fueron colocados por los equipos de rescate junto al autobús siniestrado y cubiertos con toallas. Después, los ataúdes con las víctimas fueron trasladados a la escuela de la cercana localidad de Monteforte Irpino, hasta donde acudieron los familiares para identificar los cuerpos.
Los parientes lloran desconsolados sin asimilar aún lo ocurrido. Muchos, incluso, se enteraron del siniestro por la televisión.
El conductor del autobús es uno de los fallecidos y su cadáver será examinado en busca de restos de alcohol o drogas. La Fiscalía está investigando por sospechas de homicidio imprudente.
Un superviviente contó que un neumático del autobús explotó y los investigadores tampoco descartan problemas en los frenos como causa del accidente. Sin embargo, en el lugar del siniestro no hay huellas de frenado.
El chófer intentó desesperadamente mantener el control del autobús tras chocar con varios automóviles en la autopista A16 -lo que dejó nueve heridos- y contra un muro de hormigón. Pero no logró evitar la tragedia al romper finalmente la barrera de protección y precipitarse al vacío.
