Poco a poco, paso a paso, la Gimnástica Segoviana va recuperando el pulso de la competición. Como es habitual en este grupo de jugadores desde hace varias temporadas, cuando peor vienen es cuando el equipo se une mucho más, y de esta manera consigue sobrevivir a las crisis, como lo ha hecho con la que le atacó desde mediados del mes de octubre, que concluyó el pasado fin de semana con la victoria frente al Ávila en el Adolfo Suárez.
Se medía el conjunto gimnástico a La Virgen del Camino, que llegaba a La Albuera después de sumar tres partidos consecutivos ganando. Noventa minutos más tarde, el conjunto leonés se marchaba a los vestuarios después de haber recibido un buen repaso, sin haber rematado una sola vez entre los tres palos, y con un bagaje de dos lanzamientos desviados del marco de Facundo.
El viento jugó un papel importante en el choque, soplando en contra del conjunto azulgrana en la primera parte. Quizá por este hecho, la salida al campo de la Segoviana no fue para nada ambiciosa, todo lo contrario que su rival, que apostaba por presionar con cierta intensidad, provocando los errores en las entregas, alguna de ellas en una zona más que peligrosa. Pero, superado el minuto 20 de partido sin nada que llevarse a la boca en lo que a ocasiones de gol se refiere, el encuentro fue cambiando de signo.
La aportación de Quique por la banda derecha fue importante para que el partido fuera cambiando de lado. El interior diestro azulgrana encaró siempre, y aunque su fortuna fuera desigual, sí obligó a La Virgen a fijar bastante más la marca en la zona derecha del campo, haciendo un desgaste que poco a poco fue pasando factura.
Fue precisamente por la banda derecha por la que llegó el gol (¿quién dijo gol? Golazo) de Dani Calleja quien, recogiendo un balón que Manu le había entregado desde el suelo, lanzó con la izquierda. El esférico fue llevado por el viento hasta la escuadra más alejada del portero Kuni, que nada pudo hacer salvo recogerlo del fondo de las mallas.
El tanto dejó al conjunto leonés demasiado tocado sobre el campo, y la Segoviana aprovechó el momento para buscar con ahínco el segundo gol. Ricar lo tuvo con un remate dentro del área que se marchó fuera, Rubén lo intentó desde la frontal, y Quique se encontró con los palos en una doble ocasión en la que su primer remate, tras una gran contra llevada por Rubén, se fue al larguero, y el segundo, lanzando en posición forzada después de que Ricar superara al guardameta en el mano a mano, besó el palo.
Normalmente quien perdona tanto suele pagarlo al final, pero el de ayer no era un encuentro para los tópicos, porque en el segunda parte, con el viento en contra, La Virgen no se apareció por ningún lado. Con Ramírez perfectamente fijado tanto por Chema como por Anel, el recurso del balón en largo quedó minimizado para el equipo que dirige Roberto Carlos gracias a que el viento jugaba en esta ocasión a favor de la Segoviana, muy solidaria en defensa, que en ataque dispuso de ocasiones más que claras al contragolpe para haber dejado sentenciado el partido mucho antes.
En diez minutos, del 50 al 60, el equipo de casa desaprovechó oportunidades más que evidentes. Ricar no encontró la manera de superar a Kuni en un mano a mano muy claro. Poco más tarde, un remate lejano de Calleja se marchó fuera por muy poco. Un minuto después, Rubén se encontró con el portero en un remate desde la frontal, hecho que repitió Calleja sesenta segundos más tarde. Y, para finalizar, un cabezazo de Chema en el segundo palo se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador.
Aún pudo el equipo azulgrana haber marcado el segundo tanto si Kuni no hubiera sacado un buen disparo de Dani Arribas en el primer palo. Pero, como ese ritmo de ocasiones era difícil de sostener, la Segoviana optó por resguardarse atrás, con Manu ejerciendo de perfecto pivote defensivo, esperando unas acometidas de La Virgen del Camino que no se produjeron. Así el conjunto azulgrana pudo hacerse con una clara victoria, por más que el marcador se empeñase en decir lo contrario.