Un incendio provocado por una cosechadora quemó, en la tarde de ayer, cerca de 96 hectáreas de superficie, tanto de cereal (56) como arboladas (40). El fuego se inició cerca de las 17 horas, en una finca de cereal situada al sureste de Hontalbilla, extendiéndose rápidamente a una zona arbolada, lo que obligó a declarar el nivel 1. Tras varias horas de lucha contra las llamas, finalmente a las 19 quedó controlado a las 19 horas, por lo que se rebajó a nivel 0.
En las labores de extinción participaron seis helicópteros (dos de ellos del Ministerio de Agricultura), siete motobombas, cinco cuadrillas, tres tractores del Servicio Territorial de la Junta y varios particulares, cinco agentes forestales, los bomberos de Cuéllar, un técnico y diferentes voluntarios.
En otro orden, la Junta recordó ayer que los incendios forestales constituyen un riesgo para las personas en general y para los integrantes del operativo de extinción en particular, así como para el medio natural al causar deterioro en los montes, tanto desde el punto de vista de la riqueza como de las repercusiones en las condiciones climatológicas globales.
Las actividades prohibidas durante todo el año son la quema de rastrojo; la quema de matorral; de pastos; restos agrícolas o forestales; restos de vegetación; carboneo; destilación con equipos portátiles o cualquier otra finalidad; en el monte y en los terrenos rústicos a menos de 400 metros del mismo. No obstante, existe alguna excepción fuera de la época de peligro alto, como el uso del fuego por motivos de seguridad; prevención; control fitosanitario; gestión del combustible vegetal; y siempre que esté autorizado por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la provincia correspondiente.
Está prohibido también el lanzamiento de cohetes, globos o artefactos de cualquier clase que contengan fuego. Se prohíbe encender fuego en las áreas de descanso de la red de carreteras, así como usar fuego para hogueras y fogatas. Está prohibido tirar al suelo fósforos, colillas o cualquier material en ignición; la quema al aire libre de basureros, vertederos o cualquier acumulación de residuos de cualquier tipo; y arrojar fuera de los contenedores de basura desechos o residuos que con el tiempo puedan resultar combustibles, como vidrios, papeles, plásticos, aerosoles o mecheros, entre otros.