En tiempos de crisis, las dificultades económicas golpean ferozmente a aquellas personas con menores recursos, que muchas veces se ven obligadas a abandonar su casa y su familia para buscar el sustento en otras ciudades. Se les ve vagar por las calles cargados con gruesas mochilas o sentados en los bancos de plazas o parques con la única esperanza de comer caliente o poder pasar una noche bajo techo.
Para paliar sus necesidades más básicas, Cáritas Diocesana tiene un programa específico de atención a personas sin hogar que el pasado año consiguió este objetivo en 258 personas que reclamaron la ayuda de esta oenegé dependiente de la Iglesia.
Mayte Casado, responsable del programa en Segovia, explica que el objetivo de este programa es «cubrir las necesidades más perentorias de los transeúntes que reclaman ayuda, porque en Segovia no tenemos otros recursos específicos como casas o albergues». De este modo, la atención que se dispensa desde Cáritas se refiere al alojamiento y la manutención de la persona sin hogar al menos durante un dia, para lo cual en 2005 fue firmado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Segovia en el que se establece el protocolo de actuación en estos casos, asi como los recursos disponibles.
Casado asegura que para Cáritas «el objetivo es la persona, y lo que más nos interesa es poder conocer su situación real con el fin de determinar sus necesidades y saber cómo le podemos ayudar». Por ello, cada persona que demanda la ayuda de este programa tiene que realizar una entrevista con la trabajadora social del programa que sirve para orientar la atención que precise.
En cuanto a los recursos, Cáritas tiene acuerdos con establecimientos hosteleros y hoteleros a los cuales puede derivar a los transeúntes que necesiten alojamiento y comida, aunque en este último caso sólo se lleva a cabo los domingos y festivos, ya que de lunes a sábado, las personas que precisan comida son derivadas al comedor social dependiente de la Gerencia de Servicios Sociales.
Los fines de semana y festivos, la Policía Local es quien se encarga de facilitar estos servicios, ya que dispone de vales de alojamiento y comida facilitados por Cáritas en virtud del convenio firmado con el Ayuntamiento.
De este modo, el pasado año Cáritas atendió un total de 258 personas, de las que casi el 80 por ciento eran hombres y más del 60 por ciento españoles, aunque los servicios sociales de Cáritas están constatando el progresivo aumento de personas transeúntes de otros países, principalmente del este.
En cuanto al tiempo de permanencia en el programa, Casado asegura que en Cáritas «no nos ponemos límites, ya que analizamos caso por caso, y de hecho ha habido personas con problemas de alcoholismo o toxicomanías que han estado cerca de un mes acogidos al programa al manifestar su deseo de someterse a terapias específicas de rehabilitación, pero cada persona es un mundo y la mayor parte de los transeúntes sólo quieren comida y cama».
«Segovia no es un lugar cómodo para los transeúntes, porque no es una ciudad de paso hacia a ningún sitio y no tiene centros de acogida -aseguró- y desde Cáritas tampoco se ha considerado oportuno crearles ya que el volumen de personas no es lo suficientemente importante como para plantear una infraestructura de estas características».
“No somos policías”
Aunque la mayor parte de las personas que se acogen al programa demuestran fehacientemente su carencia de medios económicos, la picaresca también se hace tristemente presente en esta actividad asistencial, y algunas personas tratan de obtener por este medio alojamiento y comida gratis. La experiencia de las personas que atienden este programa hace que “veamos detalles que indiquen que la atención no es necesaria —explica Mayte Crespo— pero nosotros no somos policías, y preferimos equivocarnos y que nos engañen a que alguien no tenga lo que necesite por un exceso de desconfianza”. Como ejemplo, la responsable del programa señala que en épocas como la del Festival Internacional de Títeres “hay personas que vienen a Segovia y acuden a nosotros porque tienen un modo de vida bohemio y quieren pasar unos días aquí disfrutando de las actividades, pero rara es la ocasión en la que hemos negado la ayuda a alguien”.
