El Athletic Club de Bilbao tendrá que apelar a San Mamés la próxima semana para romper las tablas (1-1) de este martes en su visita al Nápoles y poder así jugar la Liga de Campeones esta temporada, después de un duelo de ida del play-off muy igualado y en el cual los de Ernesto Valverde salvaron la papeleta en San Paolo para seguir soñando con volver a la elite 16 años después.
El cuadro español sufrió y mucho en los primeros y últimos minutos del partido. Unos 40’ en los cuales el conjunto napolitano, por ocasiones, pudo dejar sentenciada la eliminatoria. La eficacia del Nápoles brilló por su ausencia y solo el ex madridista Gonzalo Higuaín fue capaz de igualar el tanto en la primera mitad de Muniain.
Difícil
Sin duda el último paso para volver a la fase de grupos de la Champions por segunda vez en su historia y por primera ocasión desde la 1998/99 no se auguraba fácil después de que en el sorteo tocase uno de los ‘cocos’, pero tal y como comenzó el encuentro, el sueño tuvo muchas papeletas para convertirse en pesadilla. Solo existía el cuadro local y lo mismo ocurrió a partir del minuto 60.
Muchas ocasiones desperdiciadas por los de Benítez y de las cuales pueden acordarse el miércoles 27 de agosto cuando el pase se decida en el nuevo San Mamés. Los de Valverde por su parte sufrieron para imponer su juego pero lo consiguieron, al menos por momentos, después del zafarrancho inicial.
Fuera los nervios y con el balón en sus pies, los bilbaínos mejoraron y se fueron al descanso por delante, gracias a una arrancada por la banda derecha de De Marcos que terminó con un pase a la frontal de Muniain. El tanto sentó muy mal a un Nápoles que había bajado mucho después de lo visto al principio del choque, pero tras un primer dominio visitante, llegó el acoso y casi derribo de los italianos.
Y es que el Nápoles mostró sus dos caras. Con el pitido inicial sorprendió a un Athletic temeroso, en cuyas filas solo Aduriz había escuchado ‘in situ’ el himno de la Champions. Los vascos, hechos flan, vieron como su rival tenía hasta tres ocasiones muy claras en apenas seis minutos. El susto en el cuerpo de los de Valverde tardó en pasar, pero una vez superado, solo existió el Athletic.
Con los primeros avisos de Aduriz, el Nápoles reculó y poco a poco se vio su versión poco creativa, aunque defensiva. De cabeza llegaban las mejores ocasiones de los bilbaínos, Laporte rozaba la escuadra y Aduriz no imprimía suficiente fuerza a un remate en solitario. Sin embargo, aprovechando el viento a favor, Muniain, casi inédito hasta el momento desataba la euforia en los visitantes (0-1).Los de Valverde acusaron el esfuerzo y los napolitanos, obligados por la importancia de la cita y un público entregado pero exigente, se fueron poco a poco arriba con el criterio del belga como pieza clave. El Nápoles volvía a ser el de los primeros minutos y el Athletic reculaba en exceso, algo que aprovechó la calidad del ‘Pipita’ para hacerse grande entre los defensas y cruzar el balón a la red.
