EEUU celebró ayer el éxito de la operación contra Libia que logró imponer una zona de exclusión aérea en el país y proteger el bastión rebelde de Bengasi, aunque admitió que Muamar el Gadafi podría mantenerse aún en el poder. «La zona de exclusión aérea está de hecho en vigor», explicó el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, el almirante Mike Mullen, quien ofreció una valoración de la operación aliada Odisea del amanecer que iniciaron el sábado EEUU, Francia y Reino Unido con ataques por aire contra los sistemas de defensa antiaérea libios con el fin de imponer la zona de exclusión aérea que contempla la resolución 1973 aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU».
Mullen aseguró que la operación inicial fue «muy efectiva» al destruir la mayor parte de las defensas del régimen libio y algunas de sus bases. Además, los aliados establecieron patrullas de combate sobre Bengasi, lo que permitió frenar a las tropas leales a Gadafi.
Aún así, Mullen reconoció que «queda mucho por hacer» y aseguró que la campaña podría concluir con Gadafi en el poder, aunque este no es su principal objetivo. «Es, un posible resultado», explicó el almirante, quien señaló que «con el tiempo, claramente, el coronel tendrá que tomar algunas decisiones y elecciones sobre su propio futuro». Así, destacó que el libio está «más aislado que nunca» y recordó que su régimen afronta duras sanciones. «Creo que a largo plazo veremos una presión cada vez mayor sobre él», insistió.
El militar adelantó que el objetivo inmediato será ampliar las patrullas de combate aéreas hacia Trípoli e impedir así que las fuerzas leales a Gadafi sigan atacando a civiles inocentes. «Trataremos de cortar sus líneas logísticas», explicó antes de matizar el dirigente tiene sus fuerzas bien desplegadas desde Trípoli hasta Bengasi. Además, matizó que no ha habido víctimas civiles en la incursión. Entre los logros, aseguró que al haber destruido la mayor parte de las defensas anti-aéreas y algunas bases aéreas, ahora tienen margen de maniobra para atacar otros frentes como el sistema de comunicaciones del régimen y recordó, en línea con lo señalado el sábado por el Pentágono, que está era la primera fase de una operación multifase en una campaña «muy compleja».
Mientras, los embajadores de los países de la OTAN aplazaron la decisión de intervenir en el país, a pesar de la petición de Londres para que se hagan cargo del mando.
