Los cánones 399 y 400 del Código de Derecho Canónico recogen la obligación de los obispos de rendir cuentas ante el Papa en una visita a la sede vaticana en Roma denominada «Ad Limina Apostolorum» (los umbrales de los apóstoles). Sin olvidar el carácter protocolario y formal del encuentro con el Sumo Pontífice, la visita es una oportunidad para compartir unos minutos con el sucesor de Pedro, como la que disfrutó la pasada semana el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro, que con el resto de los obispos españoles cumplimentó a Francisco en un encuentro que el prelado segoviano no dudó en calificar como «espléndido y vivificante».
Monseñor Rubio señaló que la visita «ha sido una vivencia del sentido católico de la Iglesia, marcada por la colegialidad, al estar todos los obispos juntos», y destacó la «cercanía y espontaneidad» del Papa Bergoglio, así como su vasto conocimiento de la realidad de la Iglesia y de la sociedad española.
El obispo explicó que en el encuentro con los obispos, el Papa ha subrayado las «dificultades» que existen en España para la evangelización, así como su preocupación por asuntos puntuales como la reforma de la Ley del Aborto o la deriva secesionista en Cataluña, aunque expresó su confianza en la fortaleza de la Iglesia para «hacer germinar la semilla del Evangelio con un anuncio fuerte y valiente».
Asimismo, señaló que Francisco exhortó de forma especial a los obispos a estar «muy cerca» de las necesidades e inquietudes de los sacerdotes, y ayudarles en cualquier necesidad, El obispo explicó que el Papa insistió también en la cercanía con el pueblo, para quien pidió que «tuviéramos sentimientos de misericordia y de acercamiento a través de las visitas pastorales», y subrayó la importancia de atraer a los alejados, al señalar que «prefiero una iglesia accidentada a enferma, porque no podemos estar encerrados en nosotros mismos peinando a las ovejas».
En cuanto a la fórmula elegida por el Papa para despachar con los obispos en la visita, a los que reunió por grupos en lugar de mantener encuentros individuales, Rubio Castro manifestó que ha propiciado «una mayor espontaneidad y fluidez en el diálogo, porque el Papa se dirigía a nosotros cuando creía conveniente y nosotros le preguntábamos o le precisábamos detalles sobre lo que el nos reclamaba».
Los obispos españoles no consiguieron que el Papa esbozara un compromiso para visitar España en 2015, con motivo del 400 aniversario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, aunque la invitación fue planteada «de forma directa e indirecta» durante el encuentro Ad Limina. Asi, el propio obispo de Segovia se atrevió en su despedida al Santo Padre a expresarle el deseo de que el próximo año «pueda estar en Segovia para que visite San Juan de la Cruz y la diócesis», aunque sin obtener respuesta por su parte.