El pasado viernes, el argentino Matías Lucuix celebró con sus amigos su vigésimo cuarto cumpleaños. Ayer, el jugador del Caja Segovia celebró su “cumple” con los 1.800 aficionados que se dieron cita en el pabellón Pedro Delgado (y que se están acostumbrando a terminar ovacionando una victoria del equipo) jugando un partidazo y guiando al Caja hacia un nuevo triunfo, el tercero consecutivo, que pone al equipo muy cerca de la Copa de España.
No fue fácil ganar al Carnicer, por más que el marcador se empeñe en decir lo contrario. A imagen de su entrenador/presidente, al equipo madrileño no le gusta ni el fútbol sala de libro, ni el del juego posicional aburridísimo. Le gusta el del ritmo alto, el del contragolpe del contragolpe del contragolpe, y precisamente ese juego es el que también le gusta a este Caja Segovia, que en los primeros minutos de partido marcó un gol y generó otra dos ocasiones clarísimas antes de que el Carnicer se espabilara, marcara el gol del empate, y creara otra ocasión muy franca para marcar.
El partido prometía por su ritmo, pero de repente se frenó, en buena medida porque Jesús Velasco sacó de la cancha a su quinteto titular, en el que sorprende cada vez menos ver a David y a Alvarito, para situar sobre la cancha a sus “veteranos”, que volvieron a demostrar por qué cada partido que pasa cuentan con menos minutos, pero el equipo sigue ganando. Sería injusto negarles la actitud sobre la cancha, sería igual de injusto no empezar a pensar que los jugadores con la misma actitud, pero varios años más jóvenes, les están empezando a pasar por la derecha y por la izquierda.
Después de unos minutos de nada, salvando un mano a mano de Nano con Prieto que el del Caja echó fuera, volvieron los quintetos iniciales a la pista, y el partido volvió a acelerarse. David marcó el 2-1 en una jugada de tiralíneas con pase de primeras de Tobe al punto de penalti, y apenas un minuto más tarde el David del Carnicer empataba el partido tras una jugada de saque de banda que el conjunto madrileño sólo ha hecho, calculando por lo bajo, doscientas mil veces. Y todavía le sale.
El equipo de casa se llenó de rabia tras el segundo empate, y en tres minutos creó cinco ocasiones de gol que no lo fueron de auténtico milagro. Pero Carnicer, especialista en devolver contraataque por contraataque, tuvo también una muy clara justo antes de que acabara el primer tiempo.
Superado el descanso, el Caja comenzó el segundo período con buenas intenciones, pero de nuevo el partido volvió a perder ritmo, con pérdidas constantes de la pelota y escasas acciones ofensivas de mérito. Curiosamente fueron los minutos en los que Carnicer más a gusto se sintió sobre la cancha, poniendo a prueba a Cidao en un par de lanzamientos complicados que encontraron una gran respuesta en el portero del Caja Segovia.
A nueve minutos para el final, Matías recogió un pase escorado hacia la izquierda, y sorprendió a Prieto un con lanzamiento raso al palo corto que el guardameta del Carnicer no acertó a despejar/desviar/rechazar, que parecen lo mismo, pero no es igual, según los entendidos en esto del fútbol sala.
El caso fue que el Caja Segovia se puso por delante en el marcador por tercera vez en el partido, y en esta ocasión el equipo sí mantuvo la concentración defensiva suficiente como para mantener su mínima renta. El Carnicer lo intentó, y lo cierto es que del barullo siempre sacó peligro, pero ello no le debió parecer suficiente a su entrenador, que a falta de cuatro minutos para la conclusión apostó por el portero-jugador.
Ya se sabe que adelantar al portero para jugar el cinco para cuatro supone un riesgo brutal, que evidentemente asume el equipo que marcha por debajo en el marcador, que lo tiene todo perdido. Pero si la superioridad no se juega con rapidez y calidad en los pases, el riesgo de que te “cacen” en algún robo de balón es aún mayor, y a ello se expuso el Carnicer en los minutos en los que más tranquilo jugó el Caja .
Geison hizo el 4-2 en una de las primeras de portero-jugador del Carnicer, y a partir de ese momento todo lo demás sobró para el equipo madrileño, que encajó dos tantos más. Tobe hizo el quinto, y Matías cerró su particular fiesta de cumpleaños con el sexto gol de la tarde. El Caja está tres puntos más cerca de la Copa de España.
