El sábado 31 de julio comenzaba la celebración de lo que nueve días más tarde y haciendo balance, demostrara estar a la altura del Mejor Challenger del Mundo. El festejo fue por un año particular, las bodas de plata del Open Castilla y León. El fútbol se filtró, en cierto modo, en la semana del tenis. En un año tan especial, tenía que haber una conmemoración exclusiva. El torneo tenía que tener una celebración sobresaliente en su cuarto de siglo, y como no podía ser de otra manera, la tuvo, haciendo posible un avance con respecto a años anteriores. “En este torneo se han juntado emoción, entusiasmo y profesionalidad, y se ha logrado mantener un equilibrio con la generosidad, la cortesía y la hospitalidad, con esto se logran las mejoras” comentaba Pedro Muñoz, el presidente de honor del torneo, que aseguraba que la clave de seguir progresando era mantener esa estabilidad.
Las dos copas más ansiadas por la mayoría de los deportistas mundiales se juntaron en las instalaciones del Open Castilla y León. La Copa del Mundo y la Ensaladera de la Davis protagonizaron el viernes y el sábado unas jornadas en la que los flashes y las sonrisas hicieron brillar al torneo. Miles de personas pasaron por el village para inmortalizar un momento histórico, la reunión de los dos trofeos más codiciados del mundo. Entre todas las personas orgullosas de poder tener junto a ellas las Copas conseguidas por los españoles, algún atrevido, con la camiseta de la selección holandesa posó junto al trofeo conseguido por los españoles el pasado 11 de julio en el Mundial de Sudáfrica. Aun así, la marea roja resurgió de nuevo en la Estación de El Espinar, mostrando un gran respeto hacia los trofeos, posando junto a ellos sin ni siquiera atreverse a tocarlos, algo que sólo algunos afortunados pudieron hacer.
Los medios de comunicación, desde primera hora de la mañana, captaron los mejores momentos del día y el Open Castilla y León fue noticia en la mayoría de las televisiones, radios y prensa. Esto no ocurrió sólo con la llegada de la Copa del Mundial, sino que ha sido un torneo con una de las mejores coberturas mediáticas de la historia, pudiéndose ver un total de trece encuentros tanto en el canal temático Teledeporte y La 8 de Televisión Castilla y León. Los dos canales han aprovechado la producción de las imágenes de UVEAUVE para llevar a sus telespectadores todos y cada uno de los detalles que tenían lugar en la pista central del Villa de El Espinar.
Aunque haya sido un año de progresos y sorpresas, el Open ha contado con sus tradicionales actividades paralelas. Muchos niños han disfrutado de los clínics impartidos por los diferentes tenistas que participaron en el torneo, así como de las instalaciones de la Estación de El Espinar. Otros eventos como la celebración del VI Master de tenis en Silla de Ruedas en el que se proclamó campeón Daniel Javier Caverzaschi, lograron mucha expectación. Siguiendo con los campeonatos, otro de los que no pasó desapercibido fue el encuentro de Selecciones Autonómicas, en el que las jóvenes promesas del tenis español, en este caso de Cataluña y Castilla y León, se enfrentaron, consiguiendo la victoria David Pérez, para la categoría masculina y Andrea Lázaro, para la femenina.
En cuanto a otros eventos que ya son habituales del Open y no se encuadran en el ámbito deportivo, se celebraron, por un lado la fiesta de los jugadores, y por otra, la de los gabarreros, la cena oficial, la cata de los sumilleres, donde se eligió sumiller de honor a Evaristo Canete, conocido cámara de televisión, y el concurso de escaparatismo. Este año una de las actividades paralelas ha cobrado mucha importancia y es que los aficionados demostraron su solidaridad con la campaña de extracción de sangre llegando a la donación 2000.
Y ya el pasado domingo por la tarde, el complejo deportivo del Open Castilla y León presentaba un lugar desolador con la resaca de lo que resultó un torneo redondo con un broche de oro, porque como dijo Javier Martínez, director del torneo “hay crisis de dinero, pero no de ideas”. Los retos marcarán las próximas ediciones y Muñoz, casi para clausurar el Open de este año, le hizo uno a Martínez, “el torneo ha de crecer con el tenis femenino, porque eso nos va a ayudar a volver a ser diferentes y a seguir creciendo”. Seguramente que el Open conseguirá sorprender al año que viene, al igual que lo ha hecho este año.