Finalmente el Ayuntamiento de Segovia no se sumará a la Red de Municipios por un Estado Laico, como pretendía Izquierda Unida en su moción, pero el pleno, a propuesta del Grupo Socialista, sí aprobó algunos cambios en el comportamiento institucional ante la celebración de actos religiosos en la ciudad.
Con los votos a favor de IU, UPyD, Ciudadanos y Grupo Socialista y la abstención del Grupo Municipal Popular se acordó que el Ayuntamiento no promoverá ritos ni celebraciones religiosas de ningún tipo, siendo todos los actos que organice exclusivamente de carácter civil y tampoco promoverá la participación de cargos públicos en actos religiosos. Además, se instará al Congreso de los Diputados para que promueva una Ley Orgánica de libertad religiosa y desarrolle la aconfesionalidad del estado y la neutralidad ideológica ante las confesiones religiosas.
El promotor de la moción, Ángel Galindo, quiso dejar claro su respeto por la libertad individual y las prácticas religiosas pero sostuvo que es necesario avanzar en la separación Iglesia-Estado y, aunque recortada su propuesta respecto al planteamiento inicial, consideró que “es un avance” respecto a la situación preexistente, ya que el Reglamento de Protocolo, Honores y Distinciones indica que la corporación debe estar presente en actos solemnes de carácter religioso que se celebran con motivo de algunas festividades de la ciudad: San Juan, San Frutos, Voto a San Roque y Nuestra Señora de la Fuencisla. También establece que los concejales han de acudir a aquellos otros actos en los que, por su solemnidad o relevancia, se considere oportuno por la Alcaldía-Presidencia. Para el concejal de Izquierda Unida, con la moción aprobada, al menos se revisará esa parte del citado reglamento municipal.
La iniciativa contó además con el apoyo decidido de los concejales de UPyD y Ciudadanos. El portavoz del primero de los grupos, Cosme Aranguren, recordó que los dos ediles “lo hemos llevado a la práctica desde el inicio del mandato corporativo”. No tuvo reparos en felicitar a Galindo por su exposición de motivos “respetuosa, coherente, responsable y por no confundir laicismo con anticlericalismo”.