Nueve alpinistas, entre ellos dos españoles, murieron ayer en una avalancha registrada en el Mont Blanc, en el peor siniestro de este tipo que se recuerda en años en los Alpes franceses, según informaron las autoridades locales.
Además de los dos nacionales, entre las víctimas mortales hay tres británicos, dos alemanes y dos suizos. Otras 15 personas resultaron heridas leves y, en un primer momento se dieron por desaparecidas cuatro personas más, pero finalmente fueron localizadas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó la muerte de los dos alpinistas españoles. Uno de ellos era Joaquín Aguado, de 51 años, reconocido alpinista madrileño, bombero y jefe del Grupo Especial de Rescate en Altura (Gera) de la Comunidad de Madrid, y la otra víctima es Esteve Martínez, alpinista federado de 38 años y vecino de Sant Joan de les Abadesses (Gerona). Según explicó el compañero del bombero madrileño fallecido, Emilio Carrero, que también le acompañaba en la expedición alpina y salió indemne, que la víctima se adelantó unos metros con otros montañeros, lo que hizo que le pillara de lleno el alud.
Nacido el 6 de julio de 1961 y vecino del municipio de El Boalo, Aguado estaba casado y tenía dos hijos de 23 y 17 años. Mientras, otro excursionista catalán, Guillem Ferrer, está hospitalizado, pero su estado no es grave.
El accidente ocurrió a unos 4.000 metros, en el Monte Maldito, uno de los accesos a la cumbre más alta de la cadena alpina, que cuenta con 4.810 metros. Según el estado actual de las investigaciones, algunos de los fallecidos habían pasado la noche en un refugio de montaña a 3.600 metros de altura y habían proseguido su escalada a primeras horas de la mañana, cuando fueron sepultados por una masa de nieve. Los agentes galos de Alta Montaña de la localidad afirmaron que uno de los heridos consiguió alertar a los servicios de rescate, tras lo cual las autoridades pusieron en marcha un amplio dispositivo. La Policía peinó el lugar del siniestro con perros, mientras dos helicópteros lo hacían desde el aire. También participaron en las tareas de búsqueda un gran número de voluntarios.
El alud arrastró al menos a dos grupos internacionales de alpinistas compuestos por un total de unas 20 personas. Se trata de una de las mayores tragedias de este tipo en la zona en los últimos años.
El ministro del Interior francés, Manuel Vallas, se trasladó al lugar del accidente y anunció una investigación de la catástrofe, cuyas causas aún se desconocen.
La tragedia tuvo lugar al comienzo de la temporada turística. Pese a que es poco común que ocurran desplazamientos de nieve en verano (boreal), el experto Stefan Winter, de la Asociación Alpina de Alemania, explicó que este tipo de accidentes son posibles durante todo el año.
