Un avión de la aerolínea Germanwings se estrelló ayer en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, 45 de ellas con apellidos españoles, sin que haya supervivientes, en circunstancias que aún se desconocen, entre otras cosas porque el siniestro se produjo en una zona escarpada de difícil acceso. El avión, un Airbus A320 que entró en servicio en 1991 y que había acumulado aproximadamente 58.300 horas de vuelo en unos 46.700 vuelos desde entonces, despegó a las 10.00 horas del aeropuerto de El Prat en Barcelona y su aterrizaje estaba previsto a las 11.55 horas en el aeropuerto de la ciudad alemana de Dusseldorf.
Germanwings informó de que a bordo del aparato viajaban 144 pasajeros y seis tripulantes, pero no dio más detalles sobre las nacionalidades de las víctimas. La vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, indicó que en la lista de pasajeros figuran 45 personas con apellidos españoles, además de dos bebés. Por su parte, el presidente francés, François Hollande, señaló en una comparecencia conjunta con el rey Felipe VI —que iniciaba una visita de Estado a Francia que canceló por lo ocurrido— que habría víctimas españolas, alemanas y turcas, sin constancia de la presencia de franceses.
El gerente de Germanwings, Thomas Winkelmann, informó de que el avión descendió durante ocho minutos antes de estrellarse, después de que se le perdiera la pista cuando volaba a 6.000 pies y precisó que el aparato fue revisado el lunes por técnicos de Lufthansa y en 2013 se le había realizado una revisión completa.
El responsable de la aerolínea de bajo coste de Lufthansa informó de que en torno a las 10.35 horas el avión volaba a una altitud de 38.000 pies. Sin embargo, cayó por causas desconocidas hasta los 6.000 pies, donde desapareció de los radares, según Winkelmann.
El avión se estrelló en la región de Alpes de Alta Provenza, cerca de la localidad de Barcelonette y de la comuna de Prads. El secretario de Estado de Transporte francés, Alain Vidalies, indicó que los restos del aparato, completamente desintegrado (“los pedazos más grandes tienen el tamaño de un coche”), fueron avistados por los helicópteros y se pudieron avistar “cuerpos” alrededor. Asimismo, precisó que se estrelló en una zona montañosa de imposible acceso por carretera.
El ministro de Interior francés, Bérnard Cazeneuve, confirmó el hallazgo de una de las cajas negras del Airbus 320 de Germanwings, que será “objeto de una exploración inmediata en las próximas horas para permitir que la investigación judicial avance rápidamente”. Cazeneuve aseguró que se han dado las instrucciones necesarias para “asegurar la zona del accidente con el fin de garantizar que se desarrolla en las mejores condiciones”. Además, indicó que tanto la prefectura como los servicios estatales “se están movilizando para coger a las familias que quieran desplazarse hasta el lugar” del accidente.
La Dirección General de Aviación Civil de Francia negó que el piloto del avión enviase una señal de alerta durante el brusco descenso. “La aeronave no realizó ninguna llamada de socorro, pero la combinación de la pérdida del contacto por radio y el descenso de la aeronave llevaron al controlador a aplicar la fase de la alerta”.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que habrá una investigación conjunta de Francia, Alemania y España sobre el accidente, mientras que por el momento, la Fiscalía de Marsella se ha hecho cargo de la investigación de los sucedido. Además, Airbus enviará un equipo de asesores técnicos a la zona para prestar su colaboración a la Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA, por sus siglas en francés), a cargo de la investigación técnica del siniestro, tal y como se recoge en la convención internacional de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) en su anexo 13.
El Gobierno español, que ha decretado tres días de luto oficial, recordó que debe ser la compañía aérea la que deberá facilitar el listado de pasajeros y sus identidades una vez que se haya comunicado a los familiares de las víctimas y éstas den su consentimiento o, al menos, “su no oposición” a desvelar su filiación.
En rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, subrayó que la prioridad es “agilizar” estas tareas en coordinación con la compañía aérea y recordó que, por los datos conocidos hasta el momento en base a la lista de pasajeros facilitada, 45 de ellos tienen apellido español.
“Una cosa son los nombres y otra determinar su nacionalidad y filiación”, puntualizó no obstante Sáenz de Santamaría, que incidió en que los protocolos en estos casos indican que corresponde a la compañía facilitar esta información. “La prioridad en este momento son las familias”, subrayó la vicepresidenta, quien recalcó que espera que “lo más pronto posible” se facilite la información sobre las nacionalidades.
Además, la vicepresidenta para Europa del grupo Lufthansa, Heike Birlenbach, afirmó que no podía dar información sobre las causas del accidente del avión de Germanwings ni confirmar las identidades porque “sería especular”, y aseguró que la compañía tiene el foco puesto en la investigación y en dar apoyo a los amigos y familiares de las víctimas, algunos de los cuales serán trasladados al lugar de los hechos.
