En una fascinante obra que fusiona el rigor académico con la accesibilidad para el público en general, el antropólogo Jesús Herrerín y el patólogo Miguel Ángel Sánchez presentaron en el Museo de Segovia su libro ‘La Momificación Egipcia. La Vida Eterna Paso a Paso’, un proyecto nacido tras dos décadas de investigación en el antiguo Egipto.
Ofrece una mirada profunda a la práctica milenaria de la momificación separando mitos de realidades y desentrañando las complejidades de esta antigua tradición funeraria se sumerge en la complejidad del proceso de momificación egipcia, describiendo cada paso desde la entrega del cuerpo hasta la devolución a la familia como momia.
“Decidimos recopilar toda esa información y ponerla al servicio de los demás investigadores para que pudieran compartirla también”, afirma el segoviano de adopción. La accesibilidad fue un objetivo clave, con la intención de que el libro sea atractivo para aquellos que no son expertos pero sienten curiosidad por la fascinante civilización egipcia.
Miguel Ángel Sánchez, médico especializado en paleopatología, añade una dimensión clínica a la investigación, destacando la importancia de comprender no sólo las enfermedades identificadas en las momias, sino también cómo la sociedad egipcia abordaba el cuidado de los enfermos y discapacitados.
“La momificación proporciona una ventana única para explorar la moralidad y la compasión de una sociedad enormemente comunitaria” afirma Sánchez, que compara el trato distinto que se ofrecía en Egipto con los discapacitados “a los que se mantenía con vida”, con lo que sucedió más tarde en las épocas romana y griega, “en las que, por ley, a los niños que nacían con malformaciones se las abandonaba”.
DERRIBANDO MITOS
Separar la realidad de la magia se convirtió en una necesidad para los autores: “Hemos puesto especial interés y cuidado en no caer en el amarillismo de la momificación como algo absolutamente mágico”, sostiene Herrerín.
Y es que la obra busca unir la parte biológica del proceso, destinada a preservar el cuerpo, con la dimensión religiosa y mágica que rodeaba esta práctica, proporcionando así una visión más completa.
Así, el libro explora cómo la momificación no solo era una práctica religiosa, sino también un negocio y un fenómeno global. Sánchez destaca la interconexión entre diferentes culturas, señalando el comercio de materiales utilizados en la momificación, que se extendía desde el Líbano hasta Grecia.
“Es enormemente atractivo ver cómo ungüentos y aceites que se producían en el Líbano, o resinas en Grecia, acababan siendo usados en Egipto”, revelando de esta manera un intercambio de productos que desafía las percepciones contemporáneas sobre la antigüedad.
El libro ofrece una visión realista de la vida en el antiguo Egipto, centrándose en las enfermedades infecciosas como principal causa de muerte en ausencia de antibióticos.
También destacan los autores la aparición de los primeros casos de tuberculosis que empezó a desarrollarse cuando los egipcios empezaron a domesticar los animales bovinos.
