Alumnos de Infantil del CEO ‘Virgen de la Peña’ de Sepúlveda realizaron un viaje a la obra de Pablo Picasso y al legado del torero Víctor Barrio. Visitaron el museo del reconocido pintor y escultor en Buitrago de Lozoya (Madrid) y la ganadería de Montealto, donde conocieron de primera mano el campo bravo acompañados por el novillero sepulvedano Eusebio Fernández. Una excursión con especial acento artista, que combinó la pintura y los valores de la tauromaquia.
Este viaje fue organizado por la Fundación ‘Víctor Barrio’ (FVB). Gracias a este colectivo, un total de 26 niños pudieron conocer la vida del toro bravo en el campo y a descubrir la obra de Picasso. Una iniciativa de promoción y difusión del toreo, que es el principal objetivo de la FVB; pues como decía Barrio: “La tauromaquia, más que defenderla, hay que enseñarla”.
La FVB, al conocer que los alumnos de los cursos de Infantil del centro sepulvedano estaban estudiando la obra del afamado pintor -gran amante de la tauromaquia- y que tenían intención de visitar el museo del artista en Buitrago, se puso en contacto con el mayoral de la ganadería de Montealto, cercana a la localidad madrileña, Emilio Mateos, para proponerle realizar una visita con los pequeños para que conociesen al toro bravo en su entorno.
Los ganaderos, Agustín Montes y su hija Rosario, accedieron gustosamente a la propuesta realizada por la FVB, quien se la trasladó al director del CEO señalando que la Fundación correría con los gastos del autobús. Por su parte, los propietarios de la ganadería no cobrarían nada por la visita.

La propuesta fue aceptada por el centro educativo y, gracias a ello, los alumnos recorrieron los cercados montados en un remolque para ver y conocer la vida de vacas, novillos y toros en el campo bravo. Después, jugaron a ‘ser toreros’ en la plaza de tientas de la ganadería madrileña acompañados por el novillero sepulvedano Eusebio Fernández.
Desde allí, los alumnos se trasladaron al ‘Museo De Picasso – Colección Eugenio Arias’ de Buitrago del Lozoya donde descubrieron las obras que el artista dedicó y regaló al que fuera su barbero durante los últimos 25 años de su vida a quien conoció en Vallauris (Sur de Francia), durante su exilio.
