El fútbol es imprevisible. Cuando esperas un partido cerrado y sin ocasiones te aparece un 4-4, y cuando esperas, como en el derbi de ayer, un encuentro abierto con dos equipos que quieren jugar al ataque, acabas ‘pariendo’ un empate sin goles y con los porteros prácticamente sin haberse manchado el traje.

El derbi disputado en el campo de El Hospital tuvo intensidad (mucha) juego (poco) y balones divididos (diga el número que diga el lector se quedará corto), además de un puñado de ocasiones de gol, más en la primera parte que en la segunda, y un festival de desacierto por parte de los rematadores, que enviaron fuera sus lanzamientos cuando lo tenían todo a su favor no ya para marcar, que en eso el portero seguro que tiene algo que decir, pero sí para enviar el esférico entre los tres palos.

Mejor los locales al inicio

El CD La Granja, con el contratiempo de la baja de última hora de Sergi, que se lesionó en el calentamiento, apostó por un partido abierto frente a una Segoviana a la que le costó hacerse con las riendas del partido, tanto que durante el primer cuarto del encuentro estuvo más cerca el 1-0 que cualquier otro resultado. Pero Dani Lázaro no precisó su vaselina sobre Christian en el minuto dos, y en el cuatro un cabezazo de Gabi despejado por Christian le dio la ocasión a Hamza de chutar a portería en buena posición. Su lanzamiento de fue muy desviado.

Quiso reaccionar el equipo gimnástico llevando el balón a los tres cuartos de campo aprovechando la pegada de Christian y el buen hacer de Gómez trabajando de espaldas al marco, y Del Castillo dispuso de un primer remate desde la frontal que se marchó fuera, Nogueira poco después no precisó su remate a centro de Gómez y Calleja envió a las nubes el pase de la muerte de Dani Arribas en la ocasión más clara de la Segoviana hasta que llegó un mano a mano de Gómez con Loren que el delantero azulgrana desaprovechó con un defectuoso último control.

Ejercicio de desacierto ofensivo

Porque eso fue precisamente lo que les faltó a ambos conjuntos en sus remates. Había un punto de ansiedad a la hora de buscar el marco rival, porque solo así se entiende que Dani Blanco no lograra cabecear un milimétrico envío de falta de Dani Lázaro, o Ibra empalmara arriba en inmejorable posición tras un saque de banda prolongado al segundo palo donde esperaba solo, o que en la otra portería Gómez mandara a las nubes su remate en clara posición dentro del área.

Así que el partido estaba entretenido en su primera parte porque ninguno de los dos rehusaba el intercambio de golpes, hasta que llegó el golpe de verdad, el que le dio Adrián a Miguel en un balón dividido cerca de la banda en el que el lateral azulgrana sacó la rodilla a pasear golpeando al mediocentro granjeño. El árbitro, que acertó en muy pocas ocasiones a lo largo del choque, sí lo hizo en esta, enseñando la roja al lateral de la Gimnástica Segoviana.

Curiosamente, la expulsión vino a centrar mucho más al equipo de Manu González, que tras el descanso jugó un partido mucho más serio y sin realizar concesiones defensivas, empujando al CD La Granja hacia su campo a base de segundas jugadas y acciones a balón parado. Dani Calleja y Diego Gómez estuvieron especialmente acertados en sus acciones forzando las faltas, pero los lanzamientos de las mismas no tuvieron toda la mordiente que se esperaba, y Loren (que fue de menos a más en el choque) no terminó de pasar más apuros que en un lanzamiento desde la frontal de Manu que logró desviar lanzándose al palo largo.

El cansancio hizo mella

Ricardo de Andrés no dejaba de pedir a sus jugadores que avanzaran las líneas para hacer valer la superioridad numérica, pero lo cierto fue que salvando momentos muy puntuales en los que el equipo de casa sí logró hacer retroceder al líder de la Tercera, al CD La Granja le tocó poner más ahínco en la defensa, con Pluma y Barbu arriesgando en las acciones para evitar que los jugadores azulgranas se plantaran con ventaja ante Loren. En una de esas acciones dentro del área granjeña la grada visitante pidió penalti por derribo a Dani Calleja.

Los cambios no mejoraron a ninguno de los dos equipos, y el partido se fue muriendo entre los intentos de un equipo gimnástico con un Gómez cada vez más cansado, y las acciones rápidas del CD La Granja, que dispuso del último acercamiento del partido cuando una pérdida de balón de Jorge Sánchez en una zona muy comprometida del campo le dio la opción al conjunto de casa de montar un contragolpe de tres para dos… que acabó con un mal pase en profundidad.

Y es que granjeños y azulgranas jugaron un derbi que tuvo de todo menos goles, y al final terminaron firmando un reparto de puntos que no hace sino aplazar un par de semanas el inevitable ascenso de la Segoviana, y poner al CD La Granja un punto más cerca de la permanencia. Que no es la felicidad completa para ninguno de los dos, pero tampoco es para rasgarse las vestiduras, aunque los gimnásticos se quedaran con un punto más de decepción porque el Cristo Atlético sí hizo los deberes derrotando al Atlético Astorga. El ascenso tendrá que esperar dos semanas.