La tranquilidad habitual de Valverde del Majano se vio interrumpida este viernes por un inusual despliegue de la Guardia Civil, que desde primeras horas de la mañana intentó convencer sin éxito a un joven para que depusiera su actitud y saliera de su domicilio, donde permanecía atrincherado en un evidente estado de alteración. Finalmente, pasadas las cuatro y media de la tarde, un mediador del Instituto Armado logró que el hombre abandonara la vivienda de forma voluntaria.
La jornada comenzó con la alarma vecinal. Durante la noche, varios residentes alertaron de fuertes ruidos procedentes de una casa situada en las proximidades del polideportivo y una carnicería del municipio. La situación se tornó más preocupante cuando, alrededor de las nueve de la mañana, el joven accedió al tejado del inmueble, desde donde mostró un comportamiento nervioso, llegando a proferir gritos al paso de viandantes.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, la Guardia Civil decidió cortar al tráfico varias calles del entorno para garantizar la seguridad en la zona y facilitar la actuación de las patrullas. El paso de las horas no hizo sino incrementar la tensión, mientras familiares del joven se desplazaban hasta Valverde con la esperanza de que su presencia ayudara a calmarlo, sin éxito aparente.
La lluvia, que cayó con intensidad durante parte del mediodía, hizo que el joven descendiera del tejado y regresara al interior de la vivienda. Fue entonces cuando un mediador especializado de la Guardia Civil intensificó el contacto con él. Tras una labor paciente, sostenida durante horas, el hombre accedió finalmente a salir del inmueble.
A las 16:30 horas aproximadamente, y después de unos minutos de conversación cara a cara, el joven aceptó salir de la vivienda y conversar de forma tranquila con los agentes.
