Cuando no tienes nada que perder te puedes permitir el lujo de ser ambicioso y descarado. Cuando apenas tienes algo que ganar, lo normal es que seas algo reservón tratando de no desgastarte de más a la espera de batallas mayores. Eso fue lo que sucedió en el partido de la octava jornada de Liga que midió al Viveros Herol Nava sin nada que perder frente a un FC Barcelona algo tocado en su moral después de perder ante el Vezprem en la Liga de Campeones, y que por momentos parecía más pendiente de otras batallas distintas (y futuras) a las que acogía el pabellón Guerrer@s Naver@s.
De primeras, la presencia de Dika Mem sobre la pista, lesionado el jueves en el encuentro de Champions, parecía dejar claro que el FC Barcelona no llegaba a Nava de la Asunción de paseo. De manera lógica el conjunto local tampoco quería rendirse en los minutos iniciales, y la primera exclusión para Soljic en el minuto 2, poco después de que Dani Pérez lanzara el peor penalti de su carrera ante Pérez de Vargas, también lo ponía en evidencia.

El plan para el equipo segoviano pasaba por llevar el partido lo más atado posible, renunciando incluso a lanzar algunas contras aprovechando un par de pérdidas del Barça en estos primeros compases si ello conseguía hacer correr el crono sin mayores complicaciones. El campeón de liga jugaba tranquilo, buscando el espacio en el extremo izquierdo por donde entraba Aitor Ariño, pero sin activarse del todo en ataque.
FROTARSE LOS OJOS
El 3-3 en el minuto 10 dio paso a unas primeras ventajas naveras que hacían frotarse los ojos a los aficionados, porque un lanzamiento duro de Mario Nevado elevaba el 6-4, momento en el que el Barça aceleró lo justo para empatar el encuentro apoyándose en el trabajo en el pivote de Gallego en primera instancia, y de Rodríguez en segunda, con Mem y Richardson ejerciendo de pasadores, porque los franceses no se prodigaron en el lanzamiento.
Comenzó las rotaciones Carlos Ortega, sabiendo que el ritmo de su equipo no iba a bajar (más), y Nava hizo lo mismo con Smetanka y Prokop más Pablo Herranz para mantenerse en el partido. Había descaro en el ataque local, con no pocos lanzamientos de calidad que sorprendían a un Pérez de Vargas que daba contadas muestras de su nivel en un siete metros detenido a Óscar Marugán, más una contra ante Prokop, pero haciendo poco más en el primer tiempo.
El Barça estuvo irreconocible en la primera parte, superado por el descaro del conjunto navero, muy eficaz en los lanzamientos
Con el pivote arrastrando al lateral en su desplazamiento hacia el centro, no pocos ataques naveros acababan con un lanzamiento desde los seis metros en la zona del lateral izquierdo, pero sobre todo destacaba la defensa local que dejaba al Barça en nueve goles (¡nueve!) en 23 minutos. Así, el 11-9 que marcó Prokop de rosca provocó que el técnico del líder de la liga tuviera que parar el partido y poner orden en su plantel, porque en el ataque posicional no había velocidad en las acciones, y la defensa segoviana llegaba a ajustarse bastante bien para echar una mano a un Patotski que también ponía de su parte.

Hasta tres goles de renta llegó a tener el Viveros Herol Nava ante un Barça que sólo comparecía a ratos sobre la pista. A ratos Gallego, a ratos Ariño, a ratos el contragol… pero jugando sólo a ratos, sobre todo en defensa, al equipo blaugrana no le daba para empatarle el partido a un Balonmano Nava que llegaba al descanso con la ventaja de dos tantos en el electrónico (15-13). Ver para creer.
Comenzó la segunda parte con un cambio en la portería blaugrana, entrando Nielsen por Pérez de Vargas, y otro cambio de actitud defensiva en el equipo de Carlos Ortega, que encajó un gol en tres minutos… y no marcó ninguno ante un Patotski que paró los dos primeros lanzamientos de Dika Mem más una contra a Janc.
UN CAMBIO QUE DECIDE EL PARTIDO
Nava seguía siendo un martillo en ataque, y Nevado se sumaba a la fiesta, llegándose al 22-18 en el décimo minuto de segunda parte. El Barça sólo funcionaba con el contragol de Vanne, pero jugando al intercambio de goles el equipo de casa parecía cómodo hasta que la exclusión de Soljic comenzó a igualar el parcial y a meter al Barça, con su defensa 5:1 mucho más activa, en el encuentro, tratando el entrenador del Barça de llevar a su oponente hasta el límite físico, algo que acabó logrando.
El cambio al 5:1 por parte de Carlos Ortega y la velocidad en el contragol obligaron al Nava a un sobreesfuerzo que pasó factura al final
En el segundo tramo de la reanudación, se veía claro que Nava necesitaba un respiro pero no lo tenía, y el Barça comenzaba a funcionar en ataque con Pol Valera dirigiendo con su calidad habitual al equipo. Así, a trece minutos del final, Vanne colocaba el 26-27 en el electrónico desde los siete metros, Pérez de Vargas paraba un remate de Borja Méndez, y Richardson culminaba la remontada visitante con un lanzamiento marca de la casa.

Y el Balonmano Nava claudicó. El cansancio pasó factura en el segundo tramo de la reanudación, el siete para seis se estrelló ante un Pérez de Vargas que elevó su porcentaje de paradas, y con ataques rápidos acabó haciendo imponer la lógica, poniendo los cinco goles de diferencia en un abrir y cerrar de ojos.
No merecía un castigo mayor el equipo navero, que sin duda no esperaba llegar al minuto 45 con el partido empatado ante el campeón de todo y que se llevó al final del encuentro el aplauso sincero de sus aficionados, y el reconocimiento de un Barcelona que llegó a Nava con la intención de jugar poco más que un amistoso, y que tuvo que ponerse el traje de equipo de competición para lograr la victoria.

