En una increíble tarde de perros, en la que si los cuatro jinetes de la Apocalipsis se hubieran bajado del caballo y sentado en la grada del campo de El Hospital a nadie le hubiera extrañado tal y como había avanzado la jornada que pasó de lluvia a vendaval y después a vendaval con lluvia, el CD La Granja y el Becerril quisieron jugar un partido de fútbol, algo que solo consiguieron, y a ratitos, en el tramo final de la segunda parte, cuando el viento se tomó un descanso y solo quedó la lluvia para recordar que el 40 de mayo todavía queda muy lejos.
Necesitaba la victoria el CD La Granja para mantener sus opciones de permanencia, y necesitaba no perder el Becerril para más o menos lo mismo, pero tres puntos más lejos que el equipo del Real Sitio. Así que el partido se dispuso en su primer tiempo con los locales tratando de apretar buscando la posición de Víctor Velasco como improvisado delantero centro a la vista de las ausencias, algunas justificadas, otras injustificables, de los encargados del gol en el equipo de Ricardo de Andrés, y el oponente defendiendo con dos líneas muy juntas intentando minimizar en lo posible los espacios por dentro.
EL VIENTO NO PERMITIÓ NADA
Pero como una cosa es la disposición y otra la realidad, esta estuvo condicionada por el fuerte y racheado viento que imposibilitaba dar tres pases seguidos. Entre Eolo y sus caprichos, y el orden que no perdieron ni segovianos ni palentinos en toda la primera parte, el encuentro transcurrió en un quiero y no puedo de unos y de otros, con una ocasión de gol para cada equipo: La que tuvo Víctor Velasco que lanzó fuera tras un saque de esquina en la que el balón le cayó a los pies tras varios rechaces, y un lanzamiento de Eloy tras una contra del Becerril que después de no rematar en primera instancia se fue escorando hasta encontrarse con el cuerpo de Loren en su remate. Y no pasó nada más en toda la primera mitad, y no fue por falta de ganas, sino porque domar el balón en las condiciones en las que se desarrollaba la primera parte no lo habría conseguido ni Tom Cruise en Misión Imposible 6.
En el segundo tiempo el viento fue poco a poco a menos, lo que le vino mejor al CD La Granja porque el Becerril no consiguió meterle en su área a base de balones en largo. La entrada al campo de Alberto y Hamza consiguió meter algo más de contundencia a la banda derecha en defensa y algo más de mordiente en ataque, ya que Ayoub no encontró su sitio en el campo y apenas generó un par de acciones de peligro, bien marcado por la defensa palentina.
MEJOR CON LA LLUVIA
Como quiera que con viento no se puede jugar al fútbol, pero con lluvia sí, en la segunda parte comenzaron a aparecer los futbolistas de más calidad. En el lado granjeño la actuación de Miguel fue sobresaliente, y de sus botas salieron las acciones más peligrosas del CD La Granja, como la que llevó el balón al larguero de la portería de Sevillano en el lanzamiento de una falta, o la que estuvo a punto de convertirse en el 1-0 cuando, tras una pared con Víctor Velasco, empalmó el esférico desde el pico del área grande, marchándose muy cerca del palo largo de la meta del Becerril.
También mejoró sus prestaciones Víctor Velasco, situado como ‘boya’ en el centro del ataque, recibiendo de cara y descargando bien al compañero. En lo único en lo que no estuvo acertado el ‘8’ granjeño fue en el remate, porque ninguno de los que intentó encontró la portería rival, y varios de ellos no se fueron demasiado lejos. Pero el esfuerzo que hizo para ayudar al equipo en una posición que no es la suya fue más que encomiable.
Loren reclamó su cuota de protagonismo cuando sacó en extraordinaria intervención un cabezazo de Blanco tras una acción a balón parado. Y si el portero del CD La Granja evitó el 0-1, el del Becerril salvó el 1-0 cuando salió valiente a una internada de Dani Lázaro (otro de los que mejoró mucho tras el intermedio) al que se le quedó un poco alto el bote del balón para haber intentado algo más que superar por alto al guardameta visitante, que estuvo muy seguro durante todo el encuentro, como cuando le tocó atrapar el ‘regalo’ envenenado que le hizo su defensa al despejar hacia su marco un peligroso centro desde la banda derecha.
FALTÓ PUNTERÍA
Sin llegar a ser un asedio constante, el equipo granjeño sí atacó mucho más que su oponente, al que se le empezó a notar el cansancio en el tramo final del partido, y al que tampoco le mejoraron los cambios. El miedo a recibir una contra peligrosa se quedaba en nada viendo cómo Pluma y Alberto se mantenían firmes en la defensa, y fueron contagiando esa firmeza a Iván, que perdió algunos duelos individuales por no ser lo suficientemente contundente ante delanteros con algo más de picardía, pero que en la recta final ya no hizo concesiones.
Hasta el último momento hubo opciones para que el CD La Granja hubiera sumado los tres puntos, pero la falta de puntería volvió a ser un lastre. En el tiempo de prolongación, Miguel dispuso de la última oportunidad tras un saque de esquina en el que el balón se le quedó botando dentro del área, pero su remate forzado se marchó alto. Y el partido murió con un reparto de puntos que no le viene extraordinariamente bien a ninguno de los dos equipos, pero que tampoco les destroza la vida. Mal menor para una tarde de perros y que, caramba con la ironía, terminó con un rayo de sol deslizándose sobre el verde de El Hospital cinco minutos después de terminado el encuentro.
