A mí me parece que, salvando las distancias políticas correspondientes, existe un cierto paralelismo entre algunas actuaciones del Presidente del Gobierno de la nación y otras de la jefa del gobierno de nuestro Ayuntamiento.
De cara al exterior, el primero de ellos accede a cuanto le pidan los nacionalistas catalanes y vascos (y más que haga falta) para seguir, como frecuentemente le acusan la oposición y buen número de medios de comunicación, sentado en el sillón de La Moncloa, mientras la alcaldesa de Segovia se revuelve contra sentencias judiciales con explicaciones incompletas y buscando solo, en constantes negativas, “seguir teniendo razón” para poder disponer del privilegio de continuar sentada en el sillón municipal, procurando “devolver la pelota” a las culpas que le achacan los demás partidos integrantes de la Municipalidad, excepto el suyo, claro está.
Y ahora veremos si algún día se decide a contestar a la pregunta que le han formulado sobre si piensa renovar su aspiración a seguir en el mando, aunque tiene todavía tiempo por delante para aclararlo. Claro que el Sr. Tudanca ya ha afirmado que repetirá en Castilla y León.
Tampoco aquí parece que haya mucha intención de convocar un debate sobre el estado actual de la ciudad en todos los órdenes, pero hay que tener en cuenta el largo periodo que lleva rigiéndose por el partido actualmente en el gobierno, y si imparcialmente se echa la vista atrás, habría muchas cosas que discutir y no pocas que censurar, porque el “rodillo” del que manda siempre trata de imponerse. Y ahí tenemos el más reciente caso ante la negativa a destituir a un miembro de la corporación justificándolo como un “planteamiento ético”. A propósito de ello, no estará mal recordar que el jurista y politólogo alemán Max Weber (1864-1920), afirmó: “En un primer sentido, política significa lucha por el poder en la sociedad y el Estado. Aquí se entiende el poder como la capacidad de “imponer la propia voluntad, incluso contra fuerzas adversas, en el seno de las relaciones sociales”). Pero, por fin, y de nuevo justificando la decisión de cesar a la concejala exclusivamente en la necesidad de “facilitar la gobernabilidad de la ciudad”, lo anunciará en el pleno del próximo día 30…Si no se vuelve atrás, como acostumbra hacer el Sr. Presidente con frecuencia.
Así estamos desde que el anterior alcalde del partido tomó posesión en 2003, continuando bajo el mandato de la actual primera edil desde Abril de 2014. Es decir, 18 años bajo el mismo mando en el que muy poco ha mejorado la ciudad en todos los órdenes.
Empezamos una etapa con “de todo”: con aquellas actuaciones triunfales como la pavimentación de la avenida del Padre Claret para construir el aparcamiento subterráneo (felizmente de buena acogida), mientras que hubo que proceder de inmediato a sustituir farolas y ascensores acristalados, y desde entonces han sido frecuentes los “arreglos” del pavimento; llegó la renovación de calzada y aceras de la calle de José Zorrilla. Luego la faraónica obra del CAT, que incluso incompleta “lleva chupada” una millonaria inversión de euros. ¿Y la destrucción del Cervantes, cuya reconstrucción va a costar ahora 7,4 millones de euros? Se empezó a rejuvenecer el barrio judío y con el PEHAIS se inició la “triste historia” de las Canonjías y su cableado, con la que no se atreve tampoco el actual equipo. Como novedad, llegó también en aquella primera etapa el nacimiento del nuevo barrio, junto a la vieja plaza de toros, que se dio en llamar de la Comunidad y Tierra.
Arriba la segunda etapa, es decir, la del segundo mandato, y junto a unos cuantos reveses judiciales, llega en lo positivo la que parece definitiva pavimentación de la calle de San Juan; surge el Jardín de los Cerezos-Miguel-Delibes, el museo de títeres de Peralta, en el Refugio; el arreglo a su aire de la Casa de la Moneda y el correspondiente museo que trastocaba el proyecto primitivo y creo que mucho más acorde con el contenido de la Fábrica, posteriormente “hipotecada” con entidad privada; la conversión, llena de colores, de la Cárcel Vieja en Casa de Lectura; la creación del Centro Didáctico de la Judería y la reactivación del pobre barrio judío; dentro de él, la recuperación de la Puerta de San Andrés; también se inicia el adecentamiento tan necesario de la Estación de Autobuses que gracias a ello alcanza el título de tal, y surge la polémica en torno al proyecto de una nueva; y la muy acertada preocupación por los restos de muralla necesitados de restauración, para lo que se viene solicitando la correspondiente y necesaria ayuda oficial; el resultado es muy bueno y hoy nuestra muralla va luciendo en todo su valor.
¡Ah¡ Y el ascensor de la calle de Gascos y el del barrio de San José, en cuyo centro social también se han hecho reformas, aunque en este barrio la mayor inversión va a parar siempre a “la entrañable municipalidad” de La Cárcel Centro de Creación. Acondicionamiento de algún que otro jardín y el pensamiento de iniciar el arreglo del Valle de Tejadilla. Surge ahora, tras una década, “eso” de Prado del Hoyo, que parece que promete mucho…Y confiemos en que no se repita con él un nuevo CAT.
No se olvida la atención a la Casa-Museo Machado. Y esperemos que se retome “todo” lo referido al Acueducto, del que, por pitos o flautas, “se pasa” frecuentemente.
Bueno, a la vista de esto, y algo más que habré olvidado, porque la mente es débil, y por lo que pido disculpas, se puede comprobar la “ingente” labor municipal en la segunda etapa. Como para pensarse aspirar a un próximo mandato de cara al pretendido progreso de la ciudad.
