Desde mediados de marzo toda la actividad del transporte segoviano está contaminada por esta pandemia. Como un vendaval desbocado, este virus nos ha robado a los transportistas demasiadas vidas y proyectos, y también muchas de nuestras emociones colectivas: la ilusión con que todas las primaveras preparamos el Galardón Empresarial del Transporte, y la alegría que cada verano derrochamos cuando, a primeros de julio, festejamos a nuestro patrón, San Cristóbal. Este año no hemos podido reunimos en familia con nuestros iguales, ni disfrutar de la fiesta infantil, el certamen literario, el desfile y la bendición de vehículos engalanados, la comida colectiva, el sorteo de regalos, el baile… ¡Maldita sea! ¡Para bailes estábamos!
Es muy posible que tampoco podamos enderezar el quebranto que esta crisis están produciendo
En este año canalla nos han ocurrido demasiadas desgracias que aún tenemos dentro, sin digerir. Los días han seguido cayendo y ahora nos damos cuenta que algunos de nuestros seres queridos ya no están aquí, ni lo van a estar nunca. No hemos podido ni despedirnos de ellos. Es muy posible que tampoco podamos enderezar el quebranto que esta crisis están produciendo en muchas de nuestras empresas, con pocas esperanzas de que la normalidad se recupere. Y ahora ya no vale decir que el año que viene nos recuperaremos, porque lo que se va… nunca vuelve, y en estos meses se nos han ido demasiadas cosas insustituibles, entre ellas la sonrisa y la alegría, que han sido siempre nuestras señas de identidad.
A pesar de todo, durante todo este temporal que no cesa, los transportistas segovianos hemos estado en nuestro lugar, dando un ejemplo de responsabilidad, disciplina y vocación de servicio público; unos, los que transportamos mercancías, trabajando en una condiciones penosas; otros, los que llevamos viajeros, tragándonos la impotencia de no poder sacar nuestros autobuses y taxis a la carretera en condiciones mínimas, porque el mercado en el sector ha desaparecido, pero los gastos y los impuestos siguen cayendo.
2020 ha sido un año robado y perdido, sin que el horizonte que se vislumbra para el 2021 sea mucho más halagüeño. Fieles a nuestro estilo, no hemos pataleado ni buscado culpables, pero sí soluciones. Hasta ahora, casi todas las puertas a las que hemos llamado continúan cerradas. Tendremos que llamar con más fuerza.
Puestos a pedir, que podamos recuperar pronto la ilusión y la sonrisa
Ante estas entrañables Fiestas de Navidad, resulta obligado desearos a todos los transportistas segovianos salud y mucha fuerza para afrontar el difícil año que tenemos por delante. Y puestos a pedir, que podamos recuperar pronto la ilusión y la sonrisa.
(*) Presidente de Asetra.
