Era difícil sospechar que en las zonas más recónditas de Segovia se desarrollaba un rentable negocio de narcotráfico, con ramificaciones que llegaban a Alemania, Suiza o Bélgica. La operación llevada a cabo por la Guardia Civil de Segovia podría servir de inspiración de las alguna película o serie digna de Hollywood. La trama, disuelta ya, recuerda a los cárteles de la profunda selva de Colombia.
Ha sido un año de duro trabajo. Finalmente este martes se presentaron sus resultados en la Subdelegación del Gobierno de Segovia . Con 33 personas detenidas se cierra la operación ‘Albacos’, la gran mayoría de nacionalidad albanesa, de ahí el nombre con el que se bautizó la investigación.
En todo este tiempo, los agentes de la Benemérita han dedicado numerosas horas de trabajo y han recorrido hasta 270.000 kilómetros. “Ha sido una labor extenuante a veces”, relata uno de los participantes en la investigación. Todo a pesar de haber tenido que emplear sofisticada tecnología como drones o cámaras de vídeo nocturno. Reconoce que se han enfrentado a delincuentes “muy preparados física y moralmente”.
Los que se dedicaban a cultivar marihuana entre bosques de difícil acceso llegaban a permanecer viviendo hasta un mes en pleno monte. “Dormían en tiendas de campaña ocultas e incluso en los árboles”, relata. “Tenían que recorrer largos trayectos para recoger la comida que otros les suministraban en algún camino y de forma muy rápida”. “Eran casi invisibles”. Ningún vecino los ha observado en los municipios donde se ha cogido la droga: Arevalillo de Cega, Santo Tomé del Puerto, Santiuste de Pedraza o Fresno de Cantespino. Pero la red se extendía también a provincias lejanas como Jaén o Málaga. Hasta allí se ha tenido que rastrear a los miembros de red.
VÍDEO | La Guardia Civil desarticula una jerarquizada red criminal: 33 detenidos
Con producciones en distintas zonas españolas se garantizaban la continuidad del mercado. Hasta 50.000 plantas de marihuana al año podían recoger. Si en verano cosechaban en Segovia, en marzo o abril lo habían hecho en Jaén o Almería. Pura ingeniería que nada tiene que envidiar a la que usan las grandes cadenas de distribución alimentaria.
Y si para los agentes era complicado dar con los productores, tampoco les resultaba fácil seguir a sus enlaces que transportaban la droga producida. Estos eran capaces de salir de Segovia hacia Francia y volver hasta Málaga de un tirón.
Junto a la rapidez de sus movimientos, llama la atención la tecnología agronómica utilizada en las plantaciones. Usaban fertilizantes y plaguicidas que compraban en grandes superficies de ciudades muy pobladas para no levantar sospechas.
En el campo, las captaciones y conducciones de agua con balsas excavadas para sus redes de suministro se ocultaban bajo tierra. Todo ello realizado a mano para no generar ruidos, lo que da idea de la capacidad física de los albaneses implicados. Para mover el agua utilizaban bombas que también enterraban y hacerlas así silenciosas. Estas infraestructuras parcelarias han obligado a mover toneladas de tierra, “con pico y pala”. El Seprona investiga si se han cometido además delitos medioambientales porque consiguieron incluso cortar el cauce del río Seco, para llevar a cago sus sistemas de riego. “Unos crack” los definió el teniente coronel José Luis Ramírez a los miembros de la banda.
En las labores de vigilancia, los agentes de la Guardia Civil de Segovia han logrado avistar jabalíes, corzos e incluso lobos.
Además de la venta directa de la droga, los delincuentes acudían a empresas de paquetería, para ocultar en osos de peluche o mesas plegables. Y lo hacían con etiquetas que ellos mismos fabricaban con nombres y direcciones ficticios para despistar a los investigadores.
Las detenciones de los más de 30 implicados tampoco resultaron fáciles. Debieron hacer frente a fuertes sistemas de contravigilancia que impedía a los agentes aproximarse a los lugares donde se estaban cometiendo los delitos. Los investigadores decidieron dar un asalto en Jaén, pero salieron huyendo dos sospechosos. Tras la persecución, en pleno verano y en las empinadas laderas de la Sierra de Andújar, en Jaén, un agente llegó a desmayarse de agotamiento. Finalmente los dos fugitivos fueron encontrados 24 horas más tarde deshidratados.
La operación ‘Albacos’, desarrollada por la Comandancia de Segovia, en una operación conjunta entre sus equipos de Policía Judicial y del Servicio de Información, ha sido reconocida a nivel internacional. Medios informativos de Grecia, Alemania, Holanda o la propia Albania se han hecho eco de la gran operación de investigación orquestada y desarrollada desde Segovia.
VÍDEO | La Guardia Civil desarticula una jerarquizada red criminal: 33 detenidos
