Hace justo un año que Segovia notificó la primera muerte por Covid-19 de la provincia, pocos por aquel entonces podían imaginar la virulencia de un coronavirus que a día de hoy ha dejado ya un total de 950 fallecidos. Sobre esa primera víctima, se trataba de una mujer de 98 años que presentaba una salud delicada y con pluripatologías, un cuadro clínico que se ha repetido mucho en el casi millar de víctimas que de momento ha dejado la pandemia.
En esos momentos, Segovia contaba con 15 personas confirmadas con la enfermedad, cuando lo cierto es que visto lo que vino después las cifras reales alcanzarían los miles de infectados. El 14 de marzo llegó el Estado de Alarma y el cierre domiciliario, solo entonces muchos fueron conscientes de la importancia de lo que se venía encima, preludio de una primera ola que se ensañó de forma cruenta con Segovia.
Sin duda, esta primera ola fue la peor de las tres, a pesar de los datos pocos certeros que todavía a día de hoy se tienen. Se presume que fue la que dejó más contagiados y muertos de todas, aparte de dejar un Hospital General colapsado ante la falta de medios para adaptar rápidamente unos espacios que no daban abasto para acoger a todos los enfermos que llegaban a sus dependencias. El pico en planta se obtuvo el 2 de abril, con 317 ingresados infectados, el mayor registro de toda la serie histórica en este apartado.
Las UCI también tuvieron grandes dificultades, recurriendo al triaje. Las residencias sufrieron el mayor golpe, hasta el punto de que por aquel entonces llegaron a contabilizar el 65% de las muertes por Covid-19 de la provincia. Las graves restricciones que se alargaron por meses desescalaron la situación, hasta el punto de dar lugar a los mejores meses de toda la pandemia. Junio, con 69, y julio, con 60, han sido los parciales con menos casos de toda la serie histórica, dando paso a un agosto que ya mostró un repunte que dio lugar a una segunda ola con menos incidencia.
El pico de esta segunda ola se localizó a finales de octubre y principios de noviembre, volviendo a provocar muchas muertes entre la población más envejecida dentro y fuera de las residencias. Puesta en contexto, esta segunda parte fue más leve que la primera, aunque las cifras de muertes resultaron tremendas para los reducidos registros de contagiados que se dieron.

El final de noviembre trajo una desescalada lenta y precedió en Segovia a un aumento de los casos que junto con la Navidad sirvió en bandeja una tercera ola devastadora en incidencia pero muy sosegada en mortandad. Ante la imposibilidad de asegurar cuantos casos había en la primera ola, se debe admitir que esta última fue la que más positivos ha dejado en Segovia. De hecho, el pico de contagiados diarios se estableció en su cénit, el 16 de enero, cuando en solo una jornada se detectaron 356 positivos.
Si bien la situación en planta no llegó a lo visto durante la primera ola, las que sí sufrieron fueron las UCI, que solo aguantaron el envite gracias a que muchos enfermos Covid que necesitaban de atención en estas instalaciones fueron derivados a otros hospitales de la Comunidad.
El balance de esta ola está en 108 muertes, con unas residencias muy poco afectadas. Además, se está pendiente de lograr la emancipación del virus a través de la vacuna, que llegó en diciembre.
Un año duro, con mucho dolor, muerte y sufrimiento, pero al menos ahora se atisba el final, que aunque todos esperemos que sea pronto es muy aventurado todavía afirmarlo.
