En el Pleno de diciembre pasado el gobierno presentó el borrador de presupuestos para 2025, que fue rechazado. Con esta fecha, remontada la crisis, se ha hecho público el acuerdo entre el PP y Ciudadanos para su aprobación en sesión plenaria. Con ello, el Gobierno presidido por el alcalde José Mazarías podrá pasar a la ejecución de ingresos y gastos municipales, bajo la supervisión y control de la oposición. Tras largas conversaciones, el acuerdo ha sido firmado por la portavoz de Ciudadanos Noemí Otero. Lo que parecía imposible hace unos meses, una inteligente negociación política, por ambas partes, lo ha hecho posible. Si no hay sorpresas, según las recientes declaraciones de los firmantes, Ciudadanos se compromete a abstenerse en la votación que tendrá lugar, probablemente, en el Pleno del próximo 9 de abril. La abstención y los votos del grupo popular serán suficientes para la aprobación de la propuesta del PP. Según las declaraciones del alcalde, el Gobierno se compromete, entre otras cuestiones: a lanzar un “plan de apoyo al comercio local; impulsar la Concejalía de Urbanismo; proceder a la liquidación de Evisego, “si no fuese rentable antes del verano”; y la institucionalización del “debate sobre el estado de la ciudad”.
Aparte de los detalles que se seguirán conociendo, ¿qué podemos subrayar de este compromiso? Sin duda, el desbloqueo de una situación que coartaba la gobernación del municipio. Por tanto, dificultaba el desarrollo y mejora de la ciudad y los ciudadanos. Por otra parte, el mismo hecho de llegar a un entendimiento -por elemental que parezca- servirá para mejorar las relaciones personales entre los grupos y particularmente entre las personas. Es al menos deseable, que así sea. Ganará la sociedad, al mejorar el diagnóstico de los problemas reales (primer paso para resolverlos) y tendrán menos espacio público y menos publicidad las ideologías, que además de encrespar las mentes malgastan el dinero de los contribuyentes. Por último, volviendo la vista atrás, cabe recordar los primeros pasos del Gobierno de Mazarías, hace casi dos años, cuando ensayó un nuevo rumbo en el modo de gobernar y -por lo que vamos viendo- mantiene el timón a pesar del oleaje.
