El sindicato UGT de Castilla y León ha pedido este jueves a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, que dimita «por decencia y coherencia», tras el rechazo el pasado martes del pleno de las Cortes regionales de su plan para reestructurar la Atención Primaria, ya que seguir en el cargo «sería mantener un cadáver político e institucional» en una de las Consejería más necesarias.
En un comunicado, el secretario regional de Sanidad de UGT Servicios Públicos de Castilla y León, Miguel Holguín, ha sostenido que «después de escuchar el veredicto de las Cortes, su permanencia en el cargo sería impensable».
El sindicalista ha recordado que hace unos meses solicitaron «su dimisión en diferido, cuando lo peor de la covid hubiera pasado», y este jueves «la prórroga se ha terminado tras ser enmendada en la totalidad».
«Su plan estrella del mandato ni siquiera ha contado con el apoyo de su socio de gobierno«, ha indicado Miguel Holguín, en referencia a que se trata de una consejera a propuesta de Ciudadanos, que gobierna en coalición con el PP en la Comunidad, partido este último que respaldó en las Cortes la proposición no de ley planeada por el PSOE para retirar ese plan de reestructuración de la Atención Primaria.
Holguín ha calificado de «esperpento» lo sucedido en el pleno de las Cortes y a su juicio «tras la votación del PP a favor de la retirada de un plan que dice no existir y con Cs dispuestos a votar a favor del texto si se admitían sus enmiendas, es evidente que este era un plan unipersonal de Casado, y, probablemente, de Igea, para llevar a cabo su megalomaníaca reorganización del territorio, un plan de cambio de modelo de Atención sanitaria que no cuenta con el respaldo de absolutamente nadie, ni siquiera de su grupo parlamentario».
En este sentido, el secretario de sanidad de UGT Castilla y León ha criticado que Igea «se enroque asegurando que el plan sanitario va a seguir adelante sí o sí, y su referencia a él, no como un plan, sino como la implementación de medidas de un documento que ni siquiera va a pasar por el Consejo de Gobierno».
Ello «demuestra la soberbia y la temeridad con la que esta facción del gobierno pretende llevar a cabo la ‘salvación’ de la Atención Primaria».
El sindicato ha incidido en que la Consejería de Sanidad «no escucha ni a los profesionales sanitarios, ni a los usuarios, ni a los sindicatos, ni a las plataformas en defensa de la sanidad, ni a los alcaldes y, al parecer, ahora tampoco a las Cortes».
Y han planteado que «solo el diálogo y el consenso pueden mejorar el sistema sanitario público, y ni uno ni otro lo representa ni lo puede representar ya la consejera Casado que quedó reprobada de facto en la casa de la soberanía popular».
Por ello exige la dimisión de la consejera «por decencia y coherencia y, en caso de optar por atarse al palo mayor del barco antes de hundirse, que sea el presidente Mañueco el que proceda a su cese inmediato».
