El Ejército turco mató a 55 milicianos del Estado Islámico en bombardeos con misiles sobre el norte de la provincia siria de Alepo, informaron fuentes militares turcas citadas por la agencia de noticias estatal, Anatolia. Este ataque sería una respuesta al lanzamiento de cohetes sobre territorio turco desde el otro lado de la frontera.
El bombardeo destruyó además tres vehículos y tres instalaciones de cohetes. En concreto, los obuses de las baterías de misiles impactaron en las regiones de Suran, Tal el Hisn, Baragidá y Kusakcik, según las fuentes militares consultadas por la agencia de noticias Reuters.
El sábado, el Ejército turco informó de que hasta 48 milicianos del Estado Islámico murieron en bombardeos de aviones F-16 y A-10 de la coalición internacional contra el grupo yihadista.
Hasta 44 milicianos murieron o resultaron heridos en las regiones de Haryala, Hawar Kilis, Delha y Baragitah a primera hora de la mañana del sábado. Otros bombardeos de cazas F-15 en la región de Karakopru elevaron la cifra de víctimas a 48. En las últimas semanas se intensificaron los bombardeos transfronterizos, principalmente con artillería, tras el incremento de los atentados perpetrados por el Estado Islámico en territorio turco.
También, aviones de combate turcos han bombardeado en las últimas horas posiciones del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el norte de Irak.
Entre los objetivos había búnkeres, nidos de ametralladora y almacenes de munición del PKK, explicaron fuentes militares en declaraciones bajo condición de anonimato a la agencia de noticias turca Anatolia.
Los ataques fueron realizados en las regiones iraquíes de Qandil, Medina, Zap y Gara y se han utilizado cazas F-16 y F-4 2020 turcos que volvieron sin mayor novedad a sus bases.
Miles de integrantes del PKK y más de 430 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en enfrentamientos o como consecuencia de ataques desde el comienzo de la operación de seguridad en las regiones de mayoría kurda de Turquía, a mediados de diciembre. Además, las autoridades han impuesto el toque de queda en las zonas más afectadas por los combates, incluidos núcleos urbanos enteros.
En julio se rompió el alto el fuego pactado por el PKK y Turquía en el marco de unas negociaciones de paz que pretendían cerrar un conflicto que se ha cobrado más de 40.000 vidas desde que estalló, en 1984. El alto el fuego estuvo en vigor dos años.
