La Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha anulado la autorización para transformar una antigua serrería situada en la finca de El Bosque, en una vivienda de 1.100 metros cuadrados, que ya ha sido construida.
Los tribunales dan la razón a Ecologistas en Acción, que presentó un recurso contra la autorización, alegando que se trata de una vivienda de lujo situada en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Guadarrama. Se encuentra en una finca de 569 hectáreas de pinar, que cambió de propietario hace una década, y los nuevos dueños, una sociedad mercantil, transformó la finca en coto de caza y en una explotación para la extracción de la madera. Cerró la finca al uso ganadero y restauró dos pequeñas viviendas, según los ecologistas.
Las normas subsidiarias provinciales clasifican esta finca como suelo rústico especialmente protegido.
A pesar de las protecciones ambientales, la sociedad mercantil Public Garden, S.L. consiguió en 2010 autorización de la Junta y del Ayuntamiento “para levantar una vivienda de lujo, bajo la apariencia de la rehabilitación de la antigua serrería”. Pero, en lugar de rehabilitar el edificio, fue demolido. En 2015 la Comisión Territorial de Urbanismo de Segovia concedió una nueva autorización para legalizar la demolición del antiguo edificio y la construcción de la nueva vivienda construida ya, de 1.100 metros cuadrados, sobre la huella del edificio anterior. El Ayuntamiento de Navafría tampoco se cuestionó el proyecto y concedió la licencia de obras.
Según los demandantes, para obtener la autorización fue necesario ‘aparentar’ que se estaba reconstruyendo el edificio antiguo para uso agropecuario y forestal, y se argumentó tendría museo para maquinaria, y que llevaría aneja una vivienda de 500 m2, que a su vez incluía, curiosamente, una vivienda para «el servicio doméstico», dice el proyecto. Es decir, la vivienda se consideró un uso secundario, vinculado a la explotación forestal y cinegética.
Ecologistas en Acción se opuso a la autorización de la vivienda. Además, el Seprona ya había advertido en 2013 que lo que se estaba construyendo allí era una vivienda, como uso principal. La fiscalía recibió una denuncia pero la archivó. Tampoco hubo unanimidad entre los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente. El proyecto preveía una piscina climatizada y una sauna.
El Juzgado de Primera Instancia de Segovia sentenció en abril de 2018 que al haber existido una vivienda se permitía otra. Pero el nuevo proyecto tiene, según los alegantes, como fin principal el residencial, y no el agrícola y forestal de la construcción inicial.
La sentencia ahora dictada es susceptible de recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
