El presidente estadounidense, Donald Trump, elogió ayer el potencial económico de Corea del Norte y se mostró confiado en que durante su segunda cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un, ambos resolverán “muchas cosas”.
Trump y Kim compareció ante la prensa en un hotel de Hanói estrechándose las manos y con las banderas de los dos países como telón de fondo, para a continuación proceder a sentarse en sendos sillones, desde donde hicieron unas breves declaraciones a la prensa.
Durante su intervención, Donald Trump aseguró que es “un honor” reunirse con Kim tras “la muy exitosa” primera cumbre que ambos mantuvieron en junio pasado en Singapur. “Ambos estamos muy satisfechos con lo que hemos hecho”, defendió, en respuesta a quienes pusieron en tela de juicio los avances logrados en los últimos meses y el resultado del primer encuentro y a los que “les gustaría que las cosas fueran más rápido”.
En este sentido, Kim reconoció que en estos meses hubo “algunos malentendidos” pero también “hostilidad” exterior, pese a lo cual fue posible “superar los obstáculos” para que pueda celebrarse una segunda cumbre.
Así, el líder norcoreano expresó su confianza en que “habrá un excelente resultado que todo el mundo celebre” al término de esta cumbre, que auguró “exitosa”. “Haré todo lo posible para que esto ocurra”, añadió, en declaraciones traducidas por un intérprete.
El presidente estadounidense reiteró su convicción de que Corea del Norte “tiene un enorme potencial económico, increíble, ilimitado”. “Creo que tendrá un tremendo futuro para su país y que será un gran líder y estoy deseando ver cómo ocurre y ayudar a que ocurra”, añadió, dirigiéndose a Kim Jong Un.
Preguntado por los periodistas presentes en la sala sobre si el líder norcoreano dio marcha atrás en su promesa de desnuclearización, Trump respondió con un rotundo “no”, mientras que dejó abierta la puerta al anuncio del fin de la guerra que técnicamente mantienen los dos países. “Ya veremos”, respondió al ser preguntado al respecto.
