La canciller alemana, Angela Merkel, alcanzó ayer el cénit del poder al cosechar su Unión Cristianodemócrata (CDU) un éxito aplastante en las elecciones generales y quedar a un paso de la mayoría absoluta, según indicaron las proyecciones del recuento de votos.
Los democristianos de Merkel obtuvieron entre el 41,8 y 42,4 por ciento de los votos, más de ocho puntos que en 2009 y su mejor resultado desde la reunificación alemana en 1990.
Se quedó a solo un escaño de la mayoría absoluta, y de no conseguirla, podrían verse forzados a abrir una mesa de negociación en busca de un socio de coalición entre los cuales figuran los socialdemócratas del SPD y Los Verdes.
Una gran incógnita aún por despejar es el resultado de los euroescépticos de Alternativa para Alemania (AfD), que están a una décima del cinco por ciento necesario para la representación parlamentaria y podrían impedir la mayoría absoluta de los conservadores de Merkel.
«Hoy podemos celebrar un resultado extraordinario. Trabajaremos con responsabilidad para tener otros cuatro años exitosos en Alemania», se felicitó la canciller germana tras recibir un renovado voto de confianza de los electores, satisfechos con la bonanza económica que reina en su país y la gestión de la crisis europea.
«No quiero especular y prefiero esperar a que estén disponibles los resultados definitivos», matizó la jefa de Gobierno. Al mismo tiempo, lamentó el histórico revés de su «aliado natural», el Partido Liberal.
El éxito de Merkel contrasta con la derrota histórica de su socio liberal, que obtuvo entre el 4,6 y el 4,7 por ciento, 10 puntos por debajo de 2009 y quedó por primera vez fuera del Parlamento en los 65 años de vida de la República Federal de Alemania.
«Es una hora muy dura para el FDP», señaló el candidato de los liberales, Rainer Brüderle. Brüderle y el presidente del partido, Philipp Rösler, asumieron la responsabilidad de la derrota del grupo.
Los socialdemócratas de Peer Steinbrück vieron frustrados los planes de desbancar a Merkel de la mano de Los Verdes. El SPD obtuvo entre 25,6 y 25,7 por ciento, el segundo peor resultado de su historia, mientras que Los Verdes, cedieron más de dos puntos (8,1 por ciento). «Naturalmente que estamos decepcionados. No obtuvimos los resultados que queríamos para conseguir nuestros objetivos. Sin embargo, el SPD no va a participar en especulaciones sobre posibles coaliciones de Ejecutivo. La pelota está en el campo de la señora Merkel, es ella quien tiene que buscar mayoría», declaró el candidato socialdemócrata.
«Queríamos desalojar a Merkel y no lo logramos», admitió, por su parte, el candidato de los ecologistas Jürgen Trittin.
La eurocrítica Alternativa para Alemania (AfD), que irrumpió a la escena política en febrero pasado, quedó a un paso de entrar en el Parlamento. Las proyecciones la ubicaron en el 4,9 por ciento, una décima por debajo del umbral del cinco por ciento necesario para la representación parlamentaria. «Hemos enriquecido la democracia en Alemania», se entusiasmó su presidente, el catedrático de macroeconomía Bernd Lucke, que no perdió la esperanza de ingresar en el Bundestag.
El partido La Izquierda se ubicó en el 8,7 por ciento, un resultado tres puntos por debajo del de 2009, mientras que el Partido Pirata recabó 2,3 por ciento y quedó por debajo del mínimo para la representación parlamentaria.
