El servicio público a la ciudadanía de cualquier representante político, debe basarse en los principios de honestidad, respeto, sacrificio, dación de cuentas y sinceridad. Creo además que a la ciudadanía se le debe hablar con claridad y transparencia, aunque en ocasiones eso signifique reconocer que algo no salió conforme a lo previsto, anunciado o prometido electoralmente. Como cualquier proyecto vital, hay circunstancias cambiantes, incluso reveses o imprevistos que finalmente modifican estas cuestiones, pero se deben afrontar y buscar soluciones.
Pero en el asunto de la unidad de radioterapia, supera en la ciudadanía todos los límites de hartazgo. Los populares lo prometieron en una campaña electoral autonómica en 2007, 2011, 2015 y 2019. Unos 60.000 segovianos firmaron para pedir a la Junta, su implantación rápida, el PP lo ha votado en contra en innumerables ocasiones en las Cortes de Castilla y León, la última como enmienda para los presupuestos para 2021. Y el tiempo pasa, ya 14 años y los segovianos/as tienen que acudir a su tratamiento a Valladolid, Salamanca o Madrid.
a pregunta es, o hay una guerra entre PP y Cs en el gobierno de la Junta con el asunto, y alguno miente clamorosamente
Confieso que la situación vivida la semana pasada en las Cortes, cuando la Consejera de Sanidad de la Junta, la Sra. Casado (Cs) reconoció en el pleno, a la pregunta de mi compañera, la procuradora Alicia Palomo, que no había ningún convenio con el Grupo Recoletas para implantar la radioterapia en Segovia y que no había plazo para su llegada, además de contestarlo por escrito, no dejó de sonar extraño. El Sr. Vázquez, ese procurador ausente de iniciativas, cada día más debilitado internamente y que sólo sabe insultar rezumando odio radical, y el Delegado Territorial de la Junta, ambos del PP, lo comprometen para verano. La pregunta es, o hay una guerra entre PP y Cs en el gobierno de la Junta con el asunto, y alguno miente clamorosamente porque ya tienen un acuerdo y lo esconden, o se va a quedar en nada nuevamente, o una empresa privada va a construir una infraestructura sin tener ningún tipo de concierto y después presionarán a la Consejería de Sanidad para que acepte las condiciones por la presión ciudadana. ¡Que alguien lo explique, porque hay sospechas de juego de trileros! ¡Pediría un poco de respeto y certidumbre a la ciudadanía con cáncer!
Y el otro asunto en el que se está faltando al respeto a los segovianos, es el silencio del Presidente de la Diputación, que firma un Decreto para nombrar director del Teatro Juan Bravo, al concejal del PP Marco Antonio Costa, después de una operación diseñada para el efecto, en varios fascículos: Primero en diciembre aprobando una RPT con un puesto en el que escondían la titulación que se necesitaba, en este caso Grupo A2 (necesario titulación universitaria), después con una fórmula provisional de 6 meses y en acumulación, y finalmente para posibilitar que pueda aumentar su salario y prestigio profesional aunque no dispone de titulación. ¿Se imaginan si esto se hubiera producido en una administración gobernada por mi partido, los impactos que hubiera producido ya y las explicaciones que se hubieran pedido al firmante del Decreto administrativo?
Me dice un amigo siempre, aplícate: “Que exigir a los demás y no practicar en tu casa, no deja de ser de trileros sin respeto”. Feliz Semana.
(*) Diputado del PSOE por Segovia.
