El CD La Granja perdió con claridad su partido ante el Real Ávila, en un duelo en el que los visitantes recibieron dos goles en la primera parte, y tras el descanso se encontraron con los postes en tres de sus remates.
Desnivelaron el partido los encarnados a su favor en los primeros 15 minutos cuando Domingo fabricaba el tanto final de Calderón. Amagó el regate por dentro cuando recibió de Sergio Ramos y se fue por fuera, paralelo al área, para poner un centro preciso que Rubén Ramiro remató con dureza de volea. A su zurdazo respondió una gran parada Loren, que dejó el balón suelto en el área, donde estuvo listo Calderón, que se lanzó a por el cuero, rematando de cabeza en el barullo para hacer el 1-0.
Tras un arranque espeso, el Real Ávila se revolucionó. Y lo hizo de manos de Rubén Ramiro, que lo siguió intentando. La enganchó con fuerza desde fuera, pero se le fue alto. Volvió a ponerle electricidad a la jugada pero cruzó en exceso.
Si los encarnados eran ambiciosos, el CD La Granja podía salir goleado, porque los de Ricardo se ahogaban en tres cuartos del campo. Dani y Ayub eran incapaces de superar a Tena, Marcos y Pascual, más pendiente de ser central que lateral.
Acarició el segundo Calderón cuando se encontró con un caramelo -minuto 25- en el área pequeña. Sólo tenía que empujarla de cabeza, pero la mandó extrañamente fuera.
UN GOL EN PROPIA PUERTA
Dominaba el marcador y el partido un Real Ávila que necesitaba de muy poco para manejar los tiempos ante La Granja, incapaz de tener el balón en un Adolfo Suárez que aguardaba el segundo de los suyos. Tan poco necesitó el equipo de Jimeno construir para hacer el 2-0 que le llegó de manos de su rival, de Quique tras una gran jugada de Calderón por la banda, con pase de la muerte para que Garrido metiera la guadaña. Trató de despejarla Quique, que despistó a todos, incluido Loren, que veía como el central hacia el 2-0 en propia puerta.
Pudo llegar el 3-0 de la misma manera, en propia puerta y de manos de Cuadri, pero el balón se fue a córner. El Real Ávila se marchaba a vestuarios con los deberes hechos y con el equipo segoviano en sus manos. Mucho tendrían que cambiar las cosas para ver otro partido en la segunda parte.
OTRO AIRE
Quiso Ricardo darle otra imagen a su equipo en la segunda parte. Entraron Dani Lázaro y Velasco, movió posiciones y trató de subir la presión de los suyos buscando el error de los encarnados, que perdían a Domingo, tocado. Saltaba Ortiz, que regresaba de nuevo al césped tras su lesión en el Francisco Rubio.
Tardó 52 minutos La Granja en firmar su primer disparo del encuentro y no estuvo mal encaminado Ibra, que tras quitarse a Llorián de encima, remataba de primeras en el área, marchándose el esférico desviado.
La entrada al campo de Dani Lázaro y Víctor Velasco tras el descanso le cambió la cara al conjunto de Ricardo de Andrés. que mereció mucho más
Había salido el Real Ávila dormido en la reanudación, y cerca estuvo de despertarle Dani Lázaro, que en el minuto 55 se fue con facilidad de todos para encarar a Johan, pero despejó el dominicano en una primera acción, y en la segunda tuvo el palo de su parte cuando Dani remataba de cabeza el rechace.
Jugaba con fuego el Real Ávila. Tenía un 2-0 a su favor, pero los encarnados eran otros respecto al primer tiempo, como el CD La Granja, que seguía sumando ocasiones. La siguiente fue de Velasco, que remató en el área un balón incapaz de despejar la defensa encanada. La caraja era mayúscula como el cabreo del técnico abulense, que quiso cambiar la dinámica del partido dando entrada a Manu Sánchez.
Pero no mejoró el equipo local, que tuvo la suerte de cara después de que Dani se encontrara con el larguero en su lanzamiento. El equipo segoviano empezaba a merecer mejor suerte y otro marcador ante un Real Ávila que incomprensiblemente había desaparecido del terreno de juego y que se ganaba la pitada de su afición, ya que a pesar del 2-0 no estaba ofreciendo ni de lejos una buena imagen.
EL TERCER PALO
Dicen que no hay dos sin tres y el tercer palo para el conjunto granjeño llegó de manos de Víctor Velasco cuando, en un nuevo desbarajuste de los encarnados en su área -minuto 77-, remató al poste mientras Johan resoplaba tranquilo. Y no era para menos. Mantenía su portería a cero gracias a la madera. Y además tuvo la fortuna de que el colegiado miró para otro lado cuando el guardameta del Real Ávila arrolló como una locomotora a Velasco en una salida de puños que bien pudo ser penalti.
Pudo cerrar el partido Sergio Ramos con el 3-0 en una falta directa ya con el tiempo cumplido. Optó por el disparo antes que por el centro y aunque sin apenas ángulo, pudo firmar un auténtico golazo de no meter Loren la mano. Habría sido un final magnífico para un partido nefasto del Real Ávila, y sin duda un castigo excesivo para el CD La Granja, que hizo merecimientos para un mejor premio en la segunda parte.
