El pasado martes 3 de agosto dio comienzo un peculiar modo de conocer el municipio de El Espinar: el juego ‘Tras la pista’, propuesta enmarcada en el programa de Cultura y Turismo ‘Presume de pueblo‘. Solo hay que visitar la oficina de turismo para apuntarse y recibir un cuaderno, un bolígrafo y la hoja con el primer código QR. Así, a través de realidad aumentada y de algo de habilidad a la hora de resolver enigmas, la familia o quien quiera participar irá descubriendo algunos rincones a los que se liga la historia y el ser del municipio (de todo el municipio). En el fondo, no es tanto un recurso turístico como un instrumento para profundizar un poco en nuestro territorio, por eso conviene hacerlo en varios días, sin prisa, disfrutando y aprovechando cada visita, pues si se hace de corrillo puede resultar un tanto frustrante tanto ir y venir.
Y es que, el mismo modo que el municipio va aumentando su población, aparecen otras iniciativas que también van ‘tras la pista’ de distintos aspectos de El Espinar: las institucionales del ayuntamiento, las realizadas por asociaciones y grupos o simplemente por particulares. De esta manera, encontramos acciones que van desde las visitas del Colectivo Azálvaro a la recuperación del folclore por parte de la Escuela de Dulzainas o el grupo de Danzas, sin olvidar todos los libros que se han publicado de diversa temática municipal (el más reciente el de Jesús Sanz Pérez sobre fuentes). Y, sin embargo, todavía queda mucho por rastrear, divulgar y proteger del patrimonio natural, histórico o inmaterial del municipio, espacios, historias, costumbres o incluso palabras que están al borde de la desaparición y que precisamente porque están al borde del olvido volvemos nuestros ojos hacia ellas. Pero, ¿de verdad hay que esperar a que la memoria desaparezca para luego echarla de menos?
