¿Quién no ha soñado alguna vez con embutirse en un deslumbrante vestido de época o comprobar cómo queda sobre su cuerpo una armadura medieval? Si no cumplir ese sueño, las salas de La Alhóndiga sí ofrecen hasta el próximo 13 de diciembre la posibilidad de ver muy de cerca el vestuario empleado en películas tan conocidas como “El Cid”, “Gladiator”, “El maestro de esgrima” o “La mala educación”, en una actividad paralela a la Muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia.
La muestra incluye desde los trajes que lucieron Charlton Heston y Sofía Loren en “El Cid”, en 1962, el vestuario más antiguo incluido en la muestra, hasta la ropa de algunas producciones tan recientes como “La mala educación”, de Pedro Almodóvar; “Las 13 Rosas”, de Emilio Martínez Lázaro; o “Camarón, un mito”, del homenajeado este año por MUCES Jaime Chávarri.
El numeroso público que está pasando en estos días por la muestra está disfrutando, por ejemplo, del vestido que lució Carmen Maura en “Ay, Carmela”; el impresionante vestuario de Assumpta Serna en “El maestro de esgrima”; algunos trajes de “La caída del Imperio romano”, rodada en Segovia a mediados de los años sesenta, o varios conjuntos de otra película segoviana, esta más reciente, como es “El reino de los cielos”.
Y es que, como explica la comisaria de la muestra, Soléne Gaëlle de Pablos, la idea inicial era realizar una exposición “con trajes de películas rodadas en Segovia, y empezamos con el vestuario de cintas como “El maestro de esgrima” o “La conjura de El Escorial”, pero después vimos que había muchísimo material y que era una pena no ampliar la perspectiva, porque hay muchas cosas que merece la pena mostrar”.
Soléne de Pablos recalcó que todo el material procede de la Sastrería Cornejo, de Madrid, “que es una de las grandes sastrerías de cine europeas, junto a otra que hay en Londres, y que internacionalizó su actividad en los años sesenta, a raíz de las grandes producciones internacionales que se rodaron en España en esa época”.
Como anécdota, la comisaria de la exposición, que es licenciada en Historia del Arte y ha trabajado en la catalogación de la colección de Indumentaria del Museo Arqueológico Nacional, explicó que lo normal es que para una película, sobre todo si no son de muy alto presupuesto, “se hagan nuevos los trajes de los protagonistas, pero para los secundarios y los extras se utilice vestuario ‘reciclado’ de otras producciones, a veces mezclando piezas procedentes de varias películas distintas”.
De Pablos también recordó que muchos de los trajes que se exhiben han recibido premios importantes, como es el caso de “Gladiator”, que consiguió en su momento el Oscar al mejor vestuario.
