Trabajadores de Correos de Segovia, convocados por los sindicatos CCOO, CSIF, Sindicato Libre, CGT, ESK e Intersindical Valenciana, se manifestaron ayer en la capital, desde la plaza del Doctor Laguna hasta la plaza Medina del Campo, contra el apagón postal. Los manifestantes exigieron financiación suficiente para asegurar la viabilidad de la empresa “ante la política de recorte, y un cambio de rumbo por parte de los ministerios competentes, Hacienda, como propietario, y Fomento, como regulador, y el empleo de los más de 62.000 trabajadores”.
A lo largo de la jornada de ayer se realizaron también paros en todos los centros de Correos entre las 13,30 y las 14,30 horas.
Desde CCOO afirman que “el previsible apagón postal provocado por el recorte financiero del 50 por ciento, la previsión de déficit para 2009 de 64 millones de euros y de 151 para 2010, con un recorte de plantilla de 5.000 puestos de trabajo en el último año, está asfixiando al operador, dejándolo sin maniobra de acción, provocando un servicio precario cuyos últimos depositarios son los ciudadanos, y diezmando los derechos de los trabajadores en base a una política de recortes inasumible para la parte social”. Las organizaciones sindicales exigen un plan de viabilidad de Correos basado en diez propuestas, entre ellas, “la moratoria de la directiva que el Gobierno tiene la oportunidad de hacer, y no hace, aprovechando la Presidencia europea, propuestas que deben definir el futuro modelo postal español, garantizando una financiación suficiente en inversiones y servicio público universal, y una regulación necesaria del servicio postal universal, de la competencia, del empleo y de la consolidación de Correos como operador público de referencia garantizando su viabilidad económica y empresarial”.
El proceso de movilizaciones irá acompañado de acciones complementarias que se desarrollarán en toda España en los próximos meses, tales como paros parciales y encierros, como el realizado el pasado 11 de marzo, con el que los sindicatos emplazaron al Gobierno a iniciar un diálogo real, “en lugar de los formatos de reunión paripé que han ofrecido hasta la fecha, sin convocatoria oficial, sin orden del día, sin documentos y con una tendencia peligrosa al maquillaje”.
