El experto economista Juan José Toribio, una eminencia en su campo a nivel internacional, participó ayer en el VI Congreso Empresa+ Finanzas, organizado por la Fundación Caja Rural de Segovia. En su ponencia, a la que asistieron decenas de empresarios y trabajadores del sector financiero de la ciudad, hizo un análisis de la economía actual y de la senda en la que debería seguir España para salir de la crisis.
Para Toribio, “en el contexto actual, la economía española mantiene una dinámica de crecimiento muy importante, el doble de la media de la Eurozona, y con una tendencia a la permanencia, con la ventaja de que es un crecimiento sin tensiones internas en cuanto a precios y sin tensiones externas en cuanto balanza de pagos, porque tenemos superávit, como consecuencia de la fuerte devaluación interna que hemos hecho”. En estas condiciones, reiteró Toribio, “si todo fuera normal, deberíamos crecer en 2016 y 2017 por encima de la media de la Eurozona, quizás un poco menos que en 2015, pero sí por encima de la tasa de crecimiento potencial de la economía española”.
Aunque para ello, apuntó el economista, es importante que la situación política actual se aclare cuanto antes. “Las incertidumbres para la economía española proceden de la inestabilidad política y de la necesidad de dar una salida a la situación en la que estamos para dejar claro qué política económica vamos a seguir”, apuntó, a lo que añadió que “intentar cambiar el rumbo de la política económica actual de forma radical sería un intento vano, porque la Eurozona no iba a permitirlo, pero al mismo tiempo podría
tener consecuencias negativas importantes”.
Asimismo, resaltó que, si bien no se pueden cuantificar las pérdidas económicas que esta inestabilidad política produce, “para acometer el problema del desempleo, que es el mayor que tenemos en España, es necesario el crecimiento económico y para crecer es necesario invertir y para invertir tienen que darse una condiciones adecuadas y un entorno adecuado de confianza; así que estas situaciones de provisionalidad no son buenas en absoluto”.
“Pero peor todavía sería que de todo esto surgiera un gobierno que abandonara la senda de consolidación presupuestaria que venimos siguiendo, y que todavía nos exigen en Bruselas —aseveró Toribio—, y que se abandonaran las reformas estructurales que estamos llevando a cabo. El temor a que esto suceda es lo que está inhibiendo a los nuevos inversores”.
En cuanto a las medidas anunciadas ayer por el Banco Central Europeo (BCE) —bajada de tipos de interés en las operaciones normales; penalización mayor para los depósitos bancarios en el BCE; apertura de una nueva línea para los préstamos a la banca con tipo de interés negativo para los bancos; y el incremento de su intervención en los mercados de deuda hasta los 80.000 millones por mes—, Toribio señaló que “la duda es cuál puede ser el efecto de una política monetaria que ya era muy expansiva, la política marginal de estas medidas, porque no está claro que solo con políticas monetarias vayamos a tener un incremento sustancial de la tasa de crecimiento. El propio BCE ha advertido de que, en ausencia de reformas estructurales, su política tiene limitaciones serias”.
De hecho, señaló que estas políticas expansivas “no ayudan en la medida en que se había pensado hace ya dos años, cuando se establecieron los préstamos a la banca a largo y medio plazo, y la esperanza es que ahora tenga más efecto, pero eso no depende sólo de la voluntad de los bancos, depende también de la demanda de crédito, que es ahora titubeante”.
