Tras una preparación plagada de problemas deportivos y extradeportivos, la selección alemana confía en recuperar las buenas sensaciones en Brasil, donde pese a los últimos contratiempos espera poder desarrollar su minuciosa planificación. «El Mundial acaba de comenzar para nosotros. Nos alegramos de que tras muchas discusiones estemos aquí. Esto ya puede empezar», apuntó Joachim Löw tras llegar a Campo Bahia, el espectacular complejo construido especialmente para el equipo en el pequeño pueblo de pescadores de Santo André.
El combinado, uno de los grandes candidatos al título, se instaló en su hotel tras un viaje agotador: 10 horas y media de vuelo desde Alemania, otro avión a Porto Seguro y una conexión en bus. Sin embargo, el técnico apenas dio descanso a sus hombres, que saltaron al campo con el ‘jet lag’ encima.
«Todos esperábamos este momento», apuntó Löw, que tiene fe en que la llegada a tierras ‘cariocas’ ponga fin a la especie de «maldición» que ha perseguido al conjunto germano en su preparación.
La baja de Marco Reus, importante pieza en el esquema del seleccionador, supuso un duro golpe para Alemania. El extremo del Borussia Dortmund se lesionó el tobillo izquierdo el pasado viernes durante el último amistoso y fue reemplazado por Shkhodran Mustafi, defensor de la Sampdoria.
Esta baja coloca al preparador ante un rompecabezas en el mediocampo, y evalúa subir a su capitán, el lateral Philipp Lahm. La variante ya la probó en el choque ante Armenia, cuando ensayó un esquema de 4-3-3.
El uso de esa variante en el debut del 16 de junio frente a Portugal implicaría que el madridista Sami Khedira, que ha jugado muy poco esta temporada debido a una lesión, y Bastian Schweinsteiger deban pelear por una plaza en el mediocampo para acompañar a Lahm y Toni Kroos.
La recuperación de Lahm es una de las pocas buenas noticias para la selección, que también cobró algo de ánimo al saber que seguramente pueda contar para el debut con el arquero Manuel Neuer. «Los médicos dicen que podrá estar bajo los palos, así que doy por hecho de que jugará ante Portugal», afirmó Löw, pese a que el arquero del Bayern de Múnich no ha podido entrenar con normalidad en las últimas tres semanas por una lesión en el hombro.
Pero éste no es el único problema que ha afrontado Alemania en su preparación. El equipo vivió a finales de mayo escenas de pánico a causa de un accidente automovilístico durante un acto publicitario. El suceso acabó con dos personas heridas que debieron ser hospitalizadas al ser atropelladas por un coche del Campeonato Alemán de Turismos (DTM) conducido por el piloto germano Pascal Wehrlein, que estaba acompañado por un futbolista. «Es bueno que por fin comience todo», celebró el manager Oliver Bierhoff. «Estoy convencido de que con esta buena actitud haremos mucho en este Mundial», añadió.
