Como suele suceder en las noches electorales -y más en las de muchas batallas-, los balances de campaña siempre son positivos. Los estrategas de los dos grandes trastalánticos de la democracia no se saltaron el guión establecido, y ayer se dedicaron a criticarse mutuamente al mismo tiempo que se jactaban de haber establecido el rumbo ideal para llegar a buen puerto: el voto.
Así, el PP cree que ahora mismo en España se dan todos los factores necesarios para un adelanto electoral, pues al augurio de una derrota estrepitosa del PSOE mañana se unen las concentraciones en la calle y la sensación, generalizada en las filas conservadoras, de que este ciclo ya no da más de sí.
El Gabinete de Rajoy y la responsable de Organización, Ana Mato, habían diseñado un tour sustentado en certezas, sin interrogantes, una campaña plana que hoy, 14 días después, las fuentes consideran un éxito absoluto, aunque siempre queda añadir: salvo imprevistos, como sucedió antes del 11-M, del asesinato de Isaías Carrasco y ahora del movimiento de la Plaza del Sol, que se observa desde Génova con «ligera preocupación». Y es que la ola de descrédito de la clase política le perjudicará, aunque también al PSOE, que recibirá mayores presiones si ese movimiento sigue con fuerza y el bloque conservador barre mañana.
Quien más y quien menos sueñan con un descalabro socialista que le obligue a Zapatero a adelantar las elecciones, probablemente, a noviembre. Pero la mayoría duda de que dé el paso, y no son pocos los que opinan que igual el inquilino de La Moncloa piensa que las concentraciones de los indignados puedan hacer, a medio y largo plazo, más daño al PP.
Sobre la campaña, las fuentes del Partido Popular estiman que se ha revelado un acierto, ya que Rajoy y su equipo se han ajustado a la perfección a las premisas, es decir, la creación de empleo y la imagen de un grupo al tanto de los problemas de los ciudadanos. También se piensa que ha calado en las regiones dominadas por el PSOE la idea de cambio.
Asimismo, señalan que ha calado la necesidad de romper en aquellas regiones que gobierna el PSOE desde siempre y la defensa de la gestión en los territorios de su propiedad.
También resaltan la habilidad de Rajoy para animar a los votantes del PP de toda la vida y para atraer a los que se sienten decepcionados con Zapatero, lo cual parece cierto a tenor del entusiasmo con que los seguidores trataron a su líder, que vivió su día de gloria en Valencia, donde a pesar de los Gürtel y los trajes, llenó la plaza de toros junto a Camps, barriendo literalmente a Zapatero que, días antes, el domingo, se había quedado con 8.000 asientos vacíos, máxime cuando la víspera había vaticinado que sus rivales iban a salir «muy nerviosos» del fin de semana. Desde luego, no fue por las encuestas ni por el mitin.
No obstante, tampoco conviene dejar de lado el voto del miedo, que se da mucho en la izquierda, cuando se aprecia que la derecha va a ganar con holgura.
Ferraz asegura haber hecho bien los deberes
Desde la otra orilla, más de lo mismo. El PSOE llega al 22-M con la seguridad de haber «hecho los deberes», y convencido de que estos 15 días han servido para movilizar a muchos votantes potenciales que, hasta ahora, no tenían decidido si acudir a las urnas, hasta el punto de ver un crecimiento moderado pero constante de sus expectativas.
Tal subida se traduce en que, según los cálculos de Ferraz, José María Barreda mantendrá el Gobierno de Castilla-La Mancha y Guillermo Fernández Vara no tendrá problemas en revalidar la mayoría absoluta.
Fuentes de la dirección federal hicieron extensiva su satisfacción por el desarrollo de la campaña y el resultado obtenido, al considerar que ha permitido movilizar y, además, hacer llegar el mensaje central del partido, que se puede resumir con el título de una canción de Alejandro Sanz: No es lo mismo. No obstante, si se tira de hemeroteca, el artista gaditano fue especialmente cenizo para el diputado del PSM Rafael Simancas cuando le disputó a Aguirre la Presidencia de Madrid en 2007.
Los cerebros progresistas aprecian en los distintos estudios demoscópicos efectuados en los últimos días un repunte moderado pero continuo de las expectativas de voto hacia el PSOE, junto a un estancamiento de las del PP. Este crecimiento no será un asunto baladí, habida cuenta de que, según sus cálculos, habrá muchas comunidades y ayuntamientos en los que los resultados finales dependan «de un puñado de votos», con Castilla-La Mancha al frente.
