La cuenta atrás ha comenzado y es imparable. Y es que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, hizo ayer en la Casa Blanca una declaración sobre Siria en la que el mandatario informó sobre la evolución del proceso de toma de decisión de atacar Siria, pero no anunció la operación militar contra el país árabe. El líder negro señaló que el siguiente paso es pedir autorización al Congreso para un golpe para el que EEUU «está preparado» para llevar a cabo en cualquier momento.
«El Ejército asegura que estamos listos para atentar en cuanto lo decida. Yo ya he tomado la determinación, pero considero que nuestro poder radica también en nuestro ejemplo de democracia, por eso pediré permiso», aseveró.
Además, añadió que «debemos intervenir militarmente» con una acción «contenida en duración y objetivos», pero primero pasará por el filtro de la Cámara de Representantes. Sin embargo, ésta no debatirá dicha autorización hasta que regrese de vacaciones, la semana del 9 de septiembre.
El presidente defendió también el debate que se exige, pero solicitó que se considere el peligro de no hacer nada: «¿Qué mensaje estamos mandando al mundo si un dictador puede gasear a sus ciudadanos sin pagar por ello? Pido a la Cámara que mande un mensaje claro al resto del mundo, que no estamos dispuestos a ignorar nuestra responsabilidad».
La declaración se produjo pocas horas después de que Estados Unidos detallara parte de sus pruebas de que el pasado 21 de agosto el régimen de Al Asad empleó armas químicas en un ataque en Damasco, matando a 1.429 personas. Los inspectores enviados a Siria por la Organización de Naciones Unidas abandonaron el país ayer. Hoy podrían detallar sus impresiones preliminares a la secretaría general de la ONU, pero el informe de sus conclusiones, con las pruebas de laboratorio y demás análisis que deben realizar a las muestras, se demorarán dos semanas.
Los datos recabados los analizarán en La Haya, donde tiene la sede la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.
De esta forma, hoy la Casa Blanca ha convocado a una sesión informativa y clasificada a los miembros de la Cámara de Representantes del Congreso.
Por otro lado, cientos de personas se manifestaron ayer frente a la residencia oficial del presidente Obama a lo largo de la jornada contra la intervención militar en Siria. A través de fuertes proclamas y carteles, los congregados instaron al Gobierno estadounidense a abstenerse de una acción militar en el país árabe. No a la guerra en Siria, Manos fuera de Siria o Irak, Libia, Siria: guerra sin fin para el imperio, fueron algunas de las proclamas lanzadas desde la calle.
