Sólo hay que darse una vuelta por la ciudad para ver que este fin de semana se respira un ambiente distinto. Es habitual ver miles de turistas paseando por la Calle Real un sábado por la mañana, pero no lo es tanto ver a segovianos y visitantes compartiendo espacios en las plazas y los patios, apiñados para que haya sitio para todos. Eso es lo que consigue ‘Titirimundi’ y no lo impide ni la lluvia.
La edición de este año está marcada por los paraguas, siempre a punto, porque hay que abrirlos más de lo esperado. De hecho, ayer por la tarde un gran aguacero provocó la suspensión de las funciones de Teatro de las Ilusiones Animadas y de Teatro Kommo. No pudo, sin embargo, con los títeres de La Pendue y su ‘Poli dégaine’ se mantuvo gracias a la buena voluntad de la compañía y del público.
Sin embargo, durante todo el día hubo oportunidad de disfrutar de muchos otros espectáculos, como ‘Titirijuegos’, de Los Duendes, que narraron diferentes historias encontradas en el bosque, con curiosos personajes como La gallina Catalina, que es muy fina; o El retablo, que acercó a San Martín las ‘Aventuras de Don Quijote’, una obra en la que el Maese Pedro y su compañía representan el antiguo arte de la titirería andante, desde que Don Quijote es nombrado caballero —con una bandeja de metal como armadura, un embudo como yelmo y una cuchara de madera como espada— y sale en busca de aventuras para conquistar a su amada Dulcinea.
También hubo tiempo para disfrutar de los ‘Animóviles’, ingeniosos vehículos creados con materiales reciclados —desde un zapato hasta una cuchara, cualquier cosa es válida para darles forma— y con propulsión parental, que no pararon de dar vueltas en el Paseo del Salón; o del pasacalles de Teatro del Drago, entre otras muchas opciones.
Hoy la programación también es amplia, con propuestas familiares y exclusivas para adultos, como el espectáculo de los brasileños Pigmalião escultura que mexe y su ‘Filosofía en el tocador’, una adaptación para marionetas de la obra del Marqués de Sade, en la que se unen humor, sensualidad, erotismo, terror y piedad.
‘Titirimundi’ es una de las iniciativas que más turismo atrae, sobre todo cuando coincide con un puente festivo en la Comunidad de Madrid, como este año, ya que los madrileños son unos asiduos a Segovia. Algo que reconoce el presidente de la Asociación Industrial Hostelera Segoviana (AIHS), Julián Duque, para quien “se está notando mucho la llegada de gente este fin de semana, y se notará también el lunes, que va a ser atípico, no va a ser triste sino con más visitantes”.
Sin embargo el problema de este turismo familiar y de proximidad es que “hay mucha gente que viene a pasar el día y luego se vuelve a casa, no pernoctan aquí”, por lo que Duque apuesta por
idear nuevas propuestas que consigan atraer a la ciudad a visitantes que pasen más tiempo en ella.
“Titirimundi es una fiesta muy consolidada y es una de las que atrae a más gente, porque entretiene a los niños y también a los adultos. Es algo diferente y eso es lo que hay que hacer para lograr que venga gente, porque el Acueducto lleva ahí 2.000 años, y quien más o quien menos lo ha visto, igual que el Alcázar”, dice Duque, así que “hay que tener más atractivos turisticos, porque no es que se vaya a agotar Segovia, que es una ciudad preciosa, pero el reto está en atraer a más gente. Es importante recrear nuestra historia, que sea viviente”.
Para ello, por ejemplo, el presidente de los hosteleros segovianos propone recuperar la proclamación de la reina Isabel La Católica, un evento que se celebraba antes y llenaba la ciudad de visitantes; y es que, considera, Segovia no ha sabido aprovechar el tirón de la serie de TVE ‘Isabel’, que podría haber supuesto un nuevo impulso turístico para la ciudad.
De momento sólo son ideas, reconoce Duque, y habrá que estudiarlas, pero “ahí está el reto”, en poner en marcha nuevas iniciativas que conviertan a Segovia en una ciudad a la que todos quieran venir.