Cuenta Julio Michel, director del Festival Internacional de Títeres de Segovia ‘Titirimundi’, que no se esperaba el nombramiento del Concejo de Aguederas de Zamarramala, “pero ese título de Ome bueno e Leal es tan sonoro, tan bonito, suena tan bien, que me parece más importante que si fuera un premio en metálico”.
Michel, que recibirá el domingo de manos de las Alcaldesas de Zamarramala 2013, las hermanas Alicia y Carmen Grande Velasco, este reconocimiento, en nombre de todos los que forman parte de Titirimundi, añade que “título más noble no se puede ostentar” y dijo que es más importante si cabe “porque está otorgado por el pueblo, por mujeres del pueblo, y no me refirieron a una localidad en concreto”.
Recuerda también que este galardón supone dar un vuelco a la tradicional mala fama que antaño se daba a los titiriteros, considerados gente de poco fiar por su carácter ambulante.
El director del festival, que se mostró muy orgulloso de Titirimundi en el momento en el que le comunicaron el nombramiento, comenta que conoce la fiesta de las zamarriegas desde antes de vivir en Segovia. “Creo que cuando estaba en Francia ya sabía de esa historia de valor arrojo, y también picardía, de las mujeres de Zamarramala para conquistar el Alcázar”.
Michel dice que se instaló en Segovia, “casi sin darme cuenta; cuando regresé de Francia empecé a vivir en Madrid pero venía a ver a amigos como Amancio Prada, que entonces residía aquí —a principios de los años ochenta—. Me di cuenta de que pasaba más tiempo en Segovia que en Madrid porque, además, también estaba de gira con mi compañía, Libélula, casi todo el tiempo”.
Asegura que Segovia es una ciudad que le gusta mucho “y su gente me gustó desde el principio; me enamoré de Segovia y me quedé”.
A partir de entonces ha llevado el nombre de Segovia, e incluso su folclore, por todo el mundo, pues la música de dulzainas ha estado en la Ruta Quetzal con Libélula, que ha acompañado a este proyecto para jóvenes desde 1992.
También habla Michel de las hermosas vistas de la ciudad desde Zamarramala, aunque se muestra menos conforme con algunas intervenciones urbanísticas en la carretera que conduce hasta este barrio segoviano desde San Marcos o en algunas promociones de viviendas. Por otro lado, destaca que la fiesta de Santa Águeda, con sus alcaldesas, sus trajes, sus monteras, “es muy teatral, de una estética exquisita”.
