El concejal del PP, José Antonio Garvía, huye de la diplomacia y del ‘manoseo’ de las palabras que ejerce su jefe de grupo, Jesús Postigo, obligado a la prudencia. ¿Cómo son sus relaciones con el alcalde, Pedro Arahuetes?, le preguntó ayer este diario al líder municipal del PP, que compareció en rueda de prensa con Garvía, viceportavoz adjunto del grupo popular.»Me encantaría que fueran estupendas», respondió Postigo. Y añadió después: «Me habló con el alcalde, le doy la mano». «Pero no responde a su saludo», matizó, por su parte, Garvía, quien, de forma espontánea, quitando la palabra a Postigo, no dudó en asegurar que el comportamiento de Arahuetes en los plenos es de «absoluta falta de respeto» hacia el resto de concejales, «incluso hacia los suyos». «Es de estilo caudillista», agregó Garvía, con un semblante de indignación.
Indignado también está Arahuetes, al ver cómo la Junta de Castilla y León, que niega recursos al Ayuntamiento con la excusa de la crisis, inyecta, de la noche a la mañana, ocho millones de euros para el Palacio de Congresos de La Faisanera, enterrando el proyecto al que aspiraban los socialistas de contar con la infraestructura en la capital. Ronda por su cabeza que esta ‘lluvia de millones’ servirá para reflotar el proyecto «ruinoso» de Segovia 21, que auspició el propio Postigo cuando dirigía la Cámara de Comercio.
Arahuetes dice que la oposición que lidera Postigo es «hipócrita» y que ejerce la política de manera «inmoral y maliciosa». El líder del PP reprocha al alcalde su «prepotencia y falta de diálogo». En el ecuador de la legislatura la relación entre ambos es casi inexistente, salvo cuando se lanzan dardos envenenados a través de la prensa. «La relación por su parte [Arahuetes] es la mínima posible», afirma Garvia. Postigo y Arahuetes apenas hablan y su diálogo, escaso, a cuenta gotas, viene obligado por el protocolo, donde el alcalde, salvo imponderables, evita posar ante las cámaras junto al portavoz popular.
La nula relación queda patente en las reuniones de la junta de Gobierno local, donde asiste Postigo con voz pero sin voto. Fuentes del grupo socialista afirman que el portavoz del PP apenas habla, que se limita a hacer un par de preguntas, que no se estudia los expedientes que se someten a aprobación y que luego suele hacer un uso ‘torticero’ de la información que recopila. Desde el PP se asegura, por el contrario, que Postigo es marginado y, en ocasiones, tratado «con cierto desprecio». Un reciente episodio, precisamente en la junta de Gobierno local, ejemplifica el distanciamiento entre el alcalde y el jefe de la oposición.
Postigo, en declaraciones a este diario, se mostró «sorprendido» por el hecho de que el abogado David Puente firme la carta que envió a los medios de comunicación la propiedad del polémico edificio que se construye en San Marcos. En esa misiva, los dueños de este inmueble anunciaron una demanda por «daños y perjuicios» contra Luis Peñalosa, partidario de expropiar el edificio para su derribo. Postigo vinculó a Puente con Arahuetes al señalar que el abogado era «socio o compañero de despacho» del alcalde, como lo prueba, según insinuó, que en la placa del domicilio de Puente aún figure el nombre del regidor.
INJURIAS
A raíz de estas ‘insinuaciones’ de Postigo recogidas en la prensa, Arahuetes explicó a los medios de comunicación que Puente «jamás» había sido socio suyo, que solo le tenía arrendado el despacho, y que si Postigo volvía a realizar «insinuaciones injuriosas» le llevaría a los tribunales.
En esa misma rueda de prensa, el alcalde informó de dos preguntas formuladas por el concejal socialista Alfonso Reguera durante la reunión de la junta de Gobierno local, celebrada con anterioridad. La primera se dirigió a la Secretaria General del Ayuntamiento para conocer si el PP examina los expedientes con antelación a la celebración de las reuniones de las juntas de Gobierno local y los plenos donde se aprueban estos asuntos. «Ella ha dicho que no le consta que ni Postigo ni ningún otro miembro del PP lo haga de manera habitual (…) y luego nos acusan en los plenos de falta de transparencia, es increíble, luego es normal que tengan lagunas», dijo.
La segunda pregunta la realizó Reguera al propio Postigo. El concejal socialista de Urbanismo le interrogó sobre su relación actual con Segovia 21 y la que tenía cuando presidía la Cámara de Comercio; además de el porqué continuó en el consejo de administración de esta sociedad tras abandonar la presidencia cameral. También se le preguntó, de acuerdo con el alcalde, a qué cantidad asciende la deuda que mantiene la Cámara con Segovia 21.»No ha respondido nada», dijo Arahuetes.
Postigo confirmó ayer el episodio y justificó su silencio en que Arahuetes no tenía «atribuciones» para formularle ese tipo de preguntas, algo que sí compete, según dijo, a los periodistas. Explicó que abandonó la Cámara de Comercio con un «superávit» en las cuentas y que si continuó en el consejo de administración de la entidad cameral fue para dar tiempo a que otra persona le sustituyera «y en ese momento dimití». «Se lo digo a ustedes pero no al alcalde, que no tiene atribuciones para hacerme este tipo de preguntas», añadió Postigo que, en su defensa, subrayó que «me he visto muchas veces en la obligación de contestar a arrebatos y encontronazos, pero ese no es mi estilo». A juicio del portavoz popular Arahuetes preguntó «en privado», en la junta de Gobierno local y, al final, «lo ha llevado a lo público».
En ese momento, Postigo sacó un papel para realizar, también en público, su particular interrogatorio a Arahuetes. El alcalde le preguntó por «el pasado» del líder del PP, en Segovia 21, y el jefe de la oposición contraatacó con una batería de preguntas al aire sobre «el pasado» de Arahuetes, en Caja Segovia, donde formó parte de su consejo de administración desde 2003 a 2011. «En mi nombre y en el del grupo estoy en mi derecho y obligación de hacer estas preguntas», dijo Postigo.
