Máster en Comunicación con Fines Sociales
Esta es una de las claves que Jorge Martínez dejó resonando en la mente de los estudiantes en las sesiones del 21 y 22 de octubre del Máster en Comunicación con Fines Sociales de la UVA en nuestro campus. Un máster nacido hace 14 años e impulsado por una pregunta esencial “¿Desde la publicidad se puede cambiar el mundo?”. La misma que se hacía Jorge, cuando tras crear y dirigir la agencia Germinal Comunicación en su Murcia natal, y pasar por el laboratorio Milmilks (creado en 1999 por el emblemático creativo publicitario Tony Segarra), intentó trascender, trabajando de manera autónoma, los límites e inercias que impone la industria publicitaria.
Y lo hizo, convirtiéndose en un incansable pensador y hacedor de proyectos sociales. Suyas son las exitosas “Pastillas contra el dolor ajeno” que inventara para Médicos sin Fronteras en 2011 (elegida mejor idea de la última década por el Club de Creativos); la transgresora “ALEHOP” para la ONG Rescate en 2020, consistente en fabricar ladrillos en Alepo y venderlos al sector de la construcción en España para ayudar a reconstruir la ciudad siria destruida por las bombas; o más recientemente “La camiseta de Pau”, que ha recaudado más de 500.000 euros para la investigación oncológica. Acciones sociales que van mucho más allá de la publicidad y de las campañas recaudatorias al uso porque parten de la creencia firme en el poder transformador de la comunicación sin límites y ponen el fin social por encima de los medios, lo que permite abrir procesos y materializarlos en proyectos estratégicos que rebosan coherencia, eficiencia y verdad.
El trabajo de Jorge es comunicacional y socialmente revolucionario por el fondo, prioriza siempre la solución del problema; y por la forma, trabaja sin briefing previo, buscando un cliente como aliado y persiguiendo la excelencia en mensajes capaces de mover a la acción desde la emoción pensada. De ello dejó numerosos ejemplos vinculados con causas diversas, que destilan una esencia común: su compromiso y profesionalidad.
Que el máster en Comunicación con Fines Sociales y Jorge Martínez tenían que encontrarse era cuestión de tiempo y estamos seguros de que no será una relación efímera. Así lo evidencian los testimonios de dos de los estudiantes.
José Antonio Gallego, graduado en publicidad en nuestro campus, habla de “catarsis creativa”, “punto de inflexión” y añade que “la atmósfera creada provocó un cambio, fue un soplo de aire fresco donde la meta dejó paso al viaje, para llegar a los objetivos desde la mente hacedora”. Jorge enfatizó el compromiso y la actitud para la construcción de alternativas como futuros comunicadores sociales. “La materialización de nuestras ideas y proyectos recaerá en la persistencia que estemos dispuestos a mantener y en la fortaleza del vínculo creado hacia la transformación social que queramos generar. A través de la experiencia de Jorge personificamos la existencia de un nuevo paradigma de comunicación, enfatizando en que desde nuestra autonomía y humanidad se pueden cambiar las injusticias sociales”.
Rocío Muñoz, graduada en periodismo por la Universidad Uniminuto de Bogotá, conoció allí en una de sus clases en 2015 “Pastillas contra el dolor ajeno”, “…Un caso que se convirtió en el referente de cómo los futuros comunicadores podríamos impactar y generar cambio. Seis años después, la vida me permite conocer al creador no solo de esa, sino de innumerables ideas materializadas en acciones que se conectan por el deseo de transformar la sociedad mediante mensajes contundentes que han recorrido el mundo. Escuchar a Jorge resulta inspirador, su incasable capacidad creadora nos reta a generar cambio a través de la cotidianidad, pero sobre todo a creer principalmente en nosotros mismos, pues es esa seguridad en sí mismo y en sus ideas la que le ha llevado a trabajar con grandes marcas y a abrir puertas que a ojos de cualquiera parecían imposibles. Conocer su trayectoria me permitió conectar con el propósito que me llevó a elegir la comunicación como guía de vida y a entender que, si desde la individualidad podemos empezar a construir, sólo en equipo se logran actos realmente transformadores y de impacto”.
Jorge dejó huella con su convicción y humanidad, invitándonos a conocer de primera mano la problemática sobre la que trabajar, a ser autónomos y proactivos, a pensar, a hacer, a convertir los fracasos en éxitos y a confiar “porque las ideas tienen un momento y un interlocutor, y ninguna idea muere”.
¡Gracias Jorge por reafirmarnos en que debemos hacer ya realidad la utopía de que otra comunicación es posible!
