El próximo viernes, día 1 de febrero, se presentará en el Campus María Zambrano de esta ciudad el II Plan de Igualdad de la Universidad de Valladolid. El equipo de Gobierno y la Comisión de Igualdad de la Universidad, encargada de la elaboración del citado Plan, se han planteado la necesidad de hacer una presentación en todos los campus de la UVa con objeto de que tenga al máxima difusión entre la comunidad universitaria.
La Comisión de Igualdad inició la tarea encomendada a mediados de 2009, realizando un diagnóstico previo al Plan para conocer la situación de partida. Este diagnostico, que puede consultarse en la Web de la UVa, pone en evidencia que las desigualdades entre hombres y mujeres no sólo no se reducen con el tiempo, sino que incluso se agudizan si no se establecen elementos correctores como pretende ser el Plan que se presenta.
En el año 2000 se realizó por parte de la Cátedra de Estudios de Género de la UVa un primer trabajo de investigación denominado “Las mujeres en la Universidad de Valladolid”. Los datos de esta investigación revelaban que la situación de las mujeres en el ámbito académico todavía era bastante precaria y, lo más preocupante, que los mecanismos de esta discriminación se hacían invisibles para el conjunto de la Comunidad Universitaria. Doce años más tarde volvemos a constatar que no conseguiremos una situación equilibrada de las mujeres en la universidad si no tenemos instrumentos de intervención que palien algunas de las situaciones detectadas. Se trata de afrontar una desigualdad interna y externa, inductora de discriminaciones sociales y que jerarquiza a las personas en función de un factor inamovible, unido al nacimiento: el sexo.
El diagnóstico pone de manifiesto que en la composición de los órganos de representación y gobierno de la UVa se produce el llamado «techo de cristal», pues siendo mujeres más de la mitad del alumnado y del PAS, y el 40% del PDI, su presencia en el máximo órgano de decisión de la UVA, el Consejo de Gobierno, se reduce al 20%. Algo similar ocurre en el Claustro en el que las mujeres representan el 34% del total.
Si atendemos a la situación de los distintos colectivos que componen nuestra Universidad, entre el profesorado se mantiene un aparente equilibrio entre mujeres (42%) y hombres(58%), aunque los datos esconden claras diferencias entre campus, ya que Valladolid -con profesorado más consolidado- tiene unos mayores índices de masculinización que los de Soria, Segovia o Valladolid. El caso del Campus de Segovia demuestra cómo se produce un descenso de presencia femenina cuando las plantillas consolidan, ya que el peso porcentual de las mujeres se ha ido reduciendo, perdiendo 4 puntos de 2000 (51%) a 2011 (47%).
En lo que se refiere al profesorado, se da una discriminación tanto horizontal (desequilibrada distribución de mujeres y hombres por ramas de conocimiento), como vertical, puesto que las plazas de mayor nivel (cátedras y titularidades de universidad) están ocupadas mayoritariamente por hombres. Ello conlleva desigualdades retributivas y esconde obstáculos derivados de mayor dedicación a responsabilidades familiares por parte de las profesoras. Un claro ejemplo de discriminación horizontal es la masculinización del profesorado en las carreras técnicas, como se ve en seis centros -uno de ellos en el Campus de Segovia- en los que no se alcanza ni siquiera el umbral mínimo de representación considerado como masa crítica, establecido en el 30%. En el otro extremo se sitúan los estudios de Magisterio, Humanidades o Ciencias Sociales.
El cuanto al Personal de Administración y Servicios, con una plantilla formada por un 56% de mujeres y un 44% de hombres, el diagnóstico también muestra la existencia de segregación horizontal y vertical, desigualdades retributivas, obstáculos derivados de la mayor dedicación de las mujeres a las responsabilidades familiares y masculinización en liberación sindical. El Campus de Segovia, junto con el de Palencia, presenta unos porcentajes de mujeres inferiores al 50%, por debajo de la media. Por otra parte, en la distribución por sexo del PAS funcionario, se observa que los niveles con menor calificación exigida en el acceso están en mayor medida feminizados.
En lo referente al alumnado matriculado en la UVa en el curso 2011/12 estaba constituido por 56% de mujeres y un 44 % de hombres. Sin embargo, este aparente equilibrio enmascara ciertas desigualdades, ya que hay titulaciones y centros claramente masculinizados donde el alumnado femenino no llega al 30%, como la E.U. Ingeniería Informática de Segovia (25%), mientras se concentra la demanda femenina en centros que ofrecen estudios relacionados con la ética de cuidados (educación y salud). Analizando los datos de la última década, vemos que la masculinización de los centros de estudios técnicos no sólo no se ha paliado en los últimos 12 años, sino que se ha incrementado. Es decir, que simplemente el paso del tiempo no arregla los problemas, por lo que es preciso introducir medidas correctoras. Por otra parte las estudiantes obtienen de media un mejor rendimiento académico, que luego no tiene correspondencia con sus trayectorias profesionales o laborales.
Con el objetivo de afrontar los problemas detectados, en el Plan recoge se proponen 19 objetivos con 68 acciones organizados en cuatro ejes que corresponden a: acciones transversales de sensibilización y adaptación normativa, promoción de la igualdad de género en el alumnado, en el personal docente e investigador y en el personal de administración y servicios.
El Plan de Igualdad que se presenta pretende ser realista, por lo que se han buscado objetivos claros y bien acotados, que se pudiesen traducir a acciones concretas con órganos o agentes responsables de llevarlas a cabo. Estas acciones están temporalizadas en el marco de los dos años de vigencia del plan y van acompañadas de indicadores de evaluación para poder realizar una evaluación final del plan ajustada a la realidad.
Mª Teresa Alario Trigueros
Secretaria de la Comisión de Igualdad de la Universidad de Valladolid
