Escalofriante fue el testimonio de Ana Bella ayer en La Cárcel. Pero también esperanzador. O al menos ese es el mensaje que trasmite esta mujer fuerte, alegre, que después de once años de sufrir la violencia de su marido, decidió escapar con sus cuatro hijos, reinventarse y crear una red de mujeres desde la que canalizar la empatía, la solidaridad, la resistencia de quienes han pasado por experiencias terribles con sus parejas o cónyuges. Esta activista andaluza está al frente de una fundación que lleva su nombre y ayuda a mujeres maltratadas desde 2006.
Llama la atención todo lo que ha conseguido en tan pocos años aunque a ella todavía le parece insuficiente. En cuanto ve la oportunidad aprovecha para remover conciencias y obtener fondos para llevar acabo proyectos que persiguen acabar con la imagen de víctima de las mujeres maltratadas a través de experiencias positivas que sirvan de estímulo a otras.
La periodista segoviana Esther Martín Agejas, afincada en Andalucía, donde actualmente presenta el programa ‘Los Reporteros’ de Canal Sur Televisión, fue introduciendo distintas circunstancias: el maltrato físico y psíquico, la fuerza para escapar de él, los hijos, la ayuda, la normativa legal, el miedo …
Ana Bella, intercalando en el relato su gracejo andaluz con recuerdos y experiencias por momentos espeluznantes, llamó la atención sobre la violencia no física, que a su juicio puede incluso ser peor, porque anula a la persona y la hace invisible a la sociedad.
Contó que de algo casual como escuchar una canción en la radio —en su caso ‘La lista de la compra’, de La Cabra Mecánica, que popularizó María Jiménez hace años, esa que en el estribillo dice “… tú que te mereces un príncipe, un dentista…”— pueden sacarse fuerzas para dejar atrás una vida de maltrato pero también la casa familiar, la seguridad económica, etc., etc.
Habló también de la complicidad del entorno: familia, amigos, vecinos… que no saben o no quieren ver “las señales” de un maltrato. Ana Bella aseguró que si alguien de su círculo más cercano hubiera insistido para que contara su situación seguramente no habría esperado once años para denunciar el maltrato.
Otro aspecto que dejó claro es que los hijos de mujeres maltratadas no son solo testigos, son víctimas y afirmó que un cambio fundamental es educar a niños y adolescentes en igualdad.
A pesar de las dificultades iniciales (sin dinero, sin vivienda, con cuatro hijos…) esta mujer supo verse a sí misma no como víctima: “Pensé yo he sido capaz de salir adelante, con mis hijos, soy una mujer muy fuerte, superviviente, voy a ser capaz de utilizar esa energía en positivo”.
Ana Bella no es la imagen de la mujer llorosa, con el ojo morado, derrotada, que oculta su cara y pide que se distorsione su voz, esa imagen que los medios de comunicación muestran con frecuencia cuando abordan el tema de la violencia de género. Su fundación rompe con ese estereotipo y desde el principio imprime unos carteles con fotografías de mujeres que han conseguido escapar del maltrato y aparecen sonrientes, demostrando que son un valor para la sociedad.
Así nace una red que consigue ayudar a 1.200 mujeres al año y desarrolla programas de empleo que desde 2006 hasta la actualidad han revolucionado el concepto de reinserción de mujeres maltratadas. La fundadora cuenta con ironía que crearon la primera empresa de servicios con un amplio abanico de posibilidades en cuanto a las actividades a desarrollar para no cerrarse a nada. El primer contrato fue para trabajos de limpieza. “Eso no es lo que quería, es un trabajo muy digno pero no da visibilidad, muchas veces se limpia por la noche y, además, el maltratador dice: ‘tú no vales, tú no sirves, si me dejas te vas a ver limpiando escaleras y ahí estás, limpiando escaleras”.
Por eso Ana Bella, que por algo es una de los escasos españoles que ha sido nombrado emprendedor social de Ashoka, organización del Príncipe de Asturias de Cooperación Bill Drayton, se muestra mucho más orgullosa de su escuela de innovación social con la empresa Danone, que está consiguiendo resultados espectaculares, según cuenta, con mujeres maltratadas que trabajan de cara al público como consejeras de nutrición.
Más información: www.fundacionanabella.org
